Cuando se acerca esta fecha, vienen a mi cabeza las mismas ideas de todos los años acerca del amor y el enamoramiento. Sentimientos que están totalmente enfocados en el otro, en que piensa el otro, que quiere el otro, y quitando importancia a lo que siente uno mismo. El amor es lo mas, es el sentimiento mas puro y primario en que se pueda vibrar, amar a alguien es estar en una frecuencia limpia, constante, incondicional. Amar a una pareja, a un hijo, a cualquier ser que establezca algún tipo de relación con nosotros es lo mas hermoso que pueda pasar.
Pero el amor sano viene después de amarse primero a uno mismo. Hasta la biblia lo dice "ama a tu prójimo como a tí mismo" pero por alguna extraña razón, que aún no logro entender, tendemos a saltarnos la parte de amarnos a nosotros mismos primero y damos por sentado que lo "correcto" es directamente amar al otro. Nada mas alejado de la salud mental y corporal, porque cuando sentimos que estamos dando sin recibir nada, enfermamos de alguna manera. Si primero nos amáramos a nosotros mismos, el amor que podríamos ofrecer sería puro, sin rencores y sin esperar nada a cambio, entonces los demás estarían libres de sentir lo mismo por uno (o no).
El amor propio no tiene nada que ver con el ego, son dos cosas de dos universos totalmente diferentes aunque se tienda a confundirlos. El ego nos separa de las cosas que queremos, el amor propio nos acerca. Solo queriéndonos mucho, podemos dar amor sin egoísmo, sin cobrar de alguna manera lo que damos, sin pasar facturas.
Espero que este San Valentín amen mucho y sean amadas/os, pero que siempre, siempre esté presente el auto-amor.