"El hombre sólo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último sacerdote". Diderot Parecen algo fuertes las palabras de Diderot, pero se acercan mucho a la necesidad de prescindir de figuras que sólo acarrean gastos superfluos mientras que no aportan nada a la sociedad sino todo lo contrario; en el caso de los curas (y demás personajes que se enriquecen a costa de cuestiones religiosas de todo tipo) una verdadera aberración por cuanto engañan a los incautos con la salvación de sus almas; y en el caso de monarcas y gobernantes corruptos, una desgracia por cuanto prometen a su pueblo lo que nunca van a cumplir. De algo estaba muy seguro Diderot, y es de que tanto unos como otros nos han mantenido siempre encadenados.