Siempre pasa lo mismo: llegan las vacaciones y picoteamos en la playa, asaltamos los chiringuitos y proliferan las barbacoas con los amigos, las cenas rápidas y las noches con exceso de copas. ¿Resultado? Adiós a los logros de la operación biquini. Ahora bien, ¿podemos compensar estos excesos para que no nos pasen factura?
Hemos preguntado a la doctora Dennys Ramírez, directora de la clínica Corporal M+C, y en algunos casos podemos. Aquí tienes una guía sobre los daños que nos producen los excesos veraniegos y consejos para compensarlos.
CASO 1: una tarde-noche de barbacoa con los amigos.
Como afirma la Dra. Ramírez, "las barbacoas son momentos de placer y diversión que pasamos en compañía, y que en su mayoría nos aporta grandes cantidades de calorías y grasas saturadas que nos hacen más mal que bien. Los alimentos que se cocinan suelen contener en su mayoría altas cantidades de grasas saturadas de origen animal que tienen un efecto demoledor en el organismo, ya que fomentan el aumento del colesterol empeorando el estado de nuestro sistema circulatorio". Pero no tenemos por qué renunciar a ellas. Lo mejor es mejorarlas introduciendo otro tipo de comida: "podemos optar por alimentos mucho más recomendables como el pescado que también se puede preparar a la parrilla. Y otra opción son las verduras a la barbacoa, que nos aportarán vitaminas libres de grasa y bajas en calorías".
CASO 2: una gran mariscada con la familia.
"Muchos tipos de marisco tienen altos contenidos en colesterol además de proteínas de carácter alergénico. Abusar de este alimento afectará directamente a aquellas personas que tienen migrañas o cefaleas, y es que el marisco contiene una serie de sustancias como la histamina, la tiramina o la feniletilamina, que tienen en nuestro organismo una reacción tóxica en muchos casos, y no es nada recomendable para aquellas personas que tienen el ácido úrico alto, ya que puede desencadenar en la enfermedad conocida como gota". Lo ideal, como nos cuenta la doctora, es no abusar y pedir raciones más pequeñas o repartidas entre más personas, porque "a pesar de todo, es un alimento que nos afecta mucho menos al colesterol que las carnes, ya que contienen grasas insaturadas que mejoran la asimilación por parte del organismo".
CASO 3: una noche de fiesta con copas.
El objetivo al día siguiente es eliminar el alcohol del organismo lo antes posible. Para ello es bueno "consumir alimentos y bebidas que contengan fructosa, como un zumo de frutas o miel, ya que ésta ayuda al cuerpo a metabolizar el alcohol más rápidamente". Además no debes olvidar beber mucha agua para evitar la deshidratación. El consomé es una buena opción a la hora de comer ya que "es bueno para reponer las sales y el potasio que se han reducido por el consumo de alcohol". Una dieta adecuada para sobrevivir al día después de una noche loca puede ser ésta que nos recomienda la Dra. Ramírez: Para desayunar: come una pieza de fruta fresca con una rebanada de pan integral con miel y una taza de té no muy cargado. A media mañana: puedes complementar el desayuno tomando un zumo de frutas.
Para el almuerzo: toma una sopa de verduras con pechuga de pollo y una compota de manzana con galletas integrales. Por la noche: prepárate un zumo de zanahoria, remolacha y apio. Puedes comer un poco de arroz integral con legumbres y tomar infusiones de té verde.
La clave es evitar "el azúcar, cereales, cítricos, colorantes, grasas animales, harinas y bebidas con gas".
CASO 4: abuso de snacks y refrescos en la playa.
El cuerpo nos va pidiendo alimento aproximadamente cada dos horas. Por ello, es importante consumir pequeñas cantidades con frecuencia. "Comer poco, pero con frecuencia, no sólo facilita la absorción de los nutrientes, sino que es fundamental para estimular el metabolismo y favorece la sensación de saciedad, lo que evita que lleguemos a las comidas importantes con mucha hambre", afirma la doctora Ramírez. Pero no vale cualquier cosa para saciarse. Tendrás que hacer el esfuerzo porque en este caso lo mejor es "dejar de lado los aperitivos salados y los dulces, ya que están llenos de calorías vacías, sin aportes nutricionales destacables. Opta por la fruta, los yogures desnatados e incluso un poco de pan con jamón serrano o pavo".
CASO 5: las cenas o comidas rápidas en los restaurantes de fast food.
Lo mejor, si sabes que vas a cenar comida rápida, es no saltarse la comida para llegar más saciada y comer menos cantidad. Lo peligroso es "llegar con hambre, porque si lo haces no podrás controlar tu apetito. Almuerza algo ligero y toma a media tarde una pieza de fruta". "Compensa al día siguiente con una comida a base de fruta como la piña o la papaya, que son diuréticas y facilitan la digestión. También es muy recomendable ingerirlas media hora antes de la comida", nos cuenta la doctora.
La experta recomienda lo que no puede faltar en tu nevera. POMELO, NARANJA Y KIWI:
"son muy ricos en vitamina C y bioflavonoides. Actúan fortaleciendo los vasos sanguíneos e intervienen en la formación del colágeno y luchan contra la oxidación celular. Alimentos esenciales para nuestra piel y piernas".
PIÑA: es "diurética (para bajar volumen), depurativa y digestiva (mejora la motilidad intestinal evitando y/o combatiendo el estreñimiento)".
CEBOLLA: "es un excelente circulatorio".
PLÁTANO, PATATA Y TOMATE: "son ricos en potasio, sustancia esencial para controlar la retención de líquidos. El tomate aporta además licopeno, un potente antioxidante".
TÉ VERDE: diurético y antioxidante.
ALCACHOFA: digestiva, diurética, regula el tránsito intestinal y depurativa del hígado.
PUERRO Y APIO: diurético y saciante.
PESCADO: "es una fuente de ácido graso poliinsaturado Omega 3 que interviene directamente en la elasticidad de la piel."
ACEITE DE OLIVA: "destaca por su aporte de vitamina E (antioxidante- antienvejecimiento) y Omega 3. Se recomienda su ingesta en crudo. No más de 3 cucharadas soperas al día por persona".
HIDRATOS DE CARBONO INTEGRALES (pan, pasta, arroz, cereales de desayuno,…): "por dos razones. La primera, al estar elaborados con harina sin refinar conservan todas vitaminas y minerales; la segunda, aportan el salvado del cereal, parte que nuestro sistema digestivo no va a digerir, arrastrando-limpiando y aumentando la motilidad del intestino. El salvado tiene función saciante (disminuye el apetito) y regula el intestino combatiendo el estreñimiento".