Acaba de pasar el primer domingo de Mayo, y como se impone socialmente, uno debe hacer un pequeño homenaje a las madres; mientras pensaba en ello, me vino al recuerdo una de las madres mas interesantes de las epopeyas homéricas, un personaje también fascinante como era Tetis, la nereida , la diosa madre del heroe griego Aquíles , y que habitaba en el fondo del mar ; uno de los pasajes siempre grabados en mi mente, protagonizados por esta madre algo licenciosa ( ya que estando casada con Peleo, yació con el gran Zeus, y de allí salió su mítico hijo ) se produce cuando esta, conocedora del fatal destino que le esperaba al pélida, solicita al mismo dios Hefesto que , en su fragua del Olimpo , forje un escudo y armadura especiales para su hijo , a los que Homero dedica gran parte de su Canto XVIII de la Iliada ; tal es la factura y el brillo del casco y armas fabricadas por el cojo Hefesto , que los troyanos huyen ante su presencia , ya que creen ver al mismo demonio ; tras la muerte de Aquiles a manos de la vulgar rata Paris , Tetis guarda en el fondo del mar las cenizas de su hijo, y la lucha por estas reliquias doradas provoca el terrible final de la amistad entre Ayante y Odiseo ; siempre es poca la ayuda que las madres pueden entregar a sus hijos , mas cuando estos se enfrentan a su destino , pero sin duda tan lejos no llegarían sin el apoyo de sus creadoras , vigilantes como Tetis cuido de Aquiles , así que desde aquí levanto esta copa de vino del Bierzo , a la salud de las buenas madres, sin las que no estaríamos aquí.
Tetis entregando las armas a su hijo Aquíles