[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Juan Aguirre admitía en una entrevista reciente que ellos son un grupo mainstream (con ironía), que Amaral no podía verse como algo underground. Aunque no fuera necesaria tal aclaración -después de todos estos años- es significativo que como abreboca el guitarrista lo dejara sobre la mesa. Una vez confirmado por su boca cual es su sanbenito, lo que queda es la música de Nocturnal vista sin prejuicios, desde varias distancias, como ciertos cuadros.
De lejos, a vuelo de pájaro, todo está en su sitio. Eva Amaral suena como es habitual, impecable, fiable, con esa voz que es mucha voz. La producción es de altura y algo oscura. La interpretación del binomio maño y compañía es de un nivel sobresaliente, lo cual es lo que esperábamos porque a eso nos han acostumbrado (una buena costumbre). Hay una tendencia a los ritmos más lentos y no hay tantos singles obvios. Es claramente mejor que Hacia Lo Salvaje, su referencia de hace cuatro años.De cerca, poniendo las lentes de aumento, se ven esas costuras recurrentes, que pueden pasar desapercibidas para el oyente ocasional de las efeemes. Líricamente hay un duelo entre imágenes inéditas y lugares comunes que terminan por transmitir la sensación que escuchamos la misma canción de siempre, lo cual da un asfixiante sensación de deja vú. Y no es que Eva sea mala letrista, es solo que una historia contada mil veces, aunque sea con diferentes palabras, sigue siendo eso: la misma historia.Musicalmente la guitarra cargada de trémolo suena cristalina pero desgastada. Se emplean las programaciones más que en otras producciones (después de todo hay algo diferente). Noctunal está tan bien grabado, tan aséptico e inmaculado que se termina por sentir nostalgia por una equivocación que nos recuerde que también en el error y el riesgo hay arte. El single de adelanto es Llévame Muy Lejos, un tema hermoso en su concepción, con una letra mejorable pero que aprueba, siendo probablemente el mejor corte de Nocturnal. La Ciudad Maldita brota emotiva de la vocalista, en el que es su momento más personal. Nadie Nos Recordará es otro de los buenos momentos, con una delicada melodía que saca los mejores matices de una cantante tan carismática como Eva.El resto del contenido se mantiene en los estándares Amaral, lo cual se traduce en que no se rompe ni una pieza de la vajilla, que se mantiene en su lugar, sin sobresaltos ni sorpresas. Después de varias escuchas, con distintas separaciones, quizás lo más saludable sea mantenerse en la medianía. Lo que de lejos luce grande se empequeñece al poner la lupa, lo cual suena a galimatías pero esto es música y química humana. Nocturnal entrará en el Olimpo para sus fieles, se mantendrá en la catacumbas para los detractores, y para los de la mitad será otro disco de Amaral que termina flotando en un hermoso pero gélido vacío. Copyright ©2015 Ecos del Vinilo.Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.