Revista Cine

Amenazados (Unthinkable; U.S.A., 2010)

Publicado el 28 julio 2011 por Manuelmarquez

Amenazados (Unthinkable; U.S.A., 2010)Que de losatentados de las células yihadistas en territorio estadounidense del11 de setiembre de 2001 surgiría, amén de un nuevo orden mundial(o, al menos, eso proclaman quienes han promovido diversasactuaciones bélicas y políticas al calor de esos sucesos), unalarga retahíla de cintas manufacturadas por la industriahollywoodiense, era algo que cualquier espectador atento a las pautasde funcionamiento de ese cine a lo largo de la historia, podíaimaginar sin mayor esfuerzo. De hecho, esa larga hilera siguecreciendo, y, aún a día de hoy, siguen llegando a las pantallas(aunque, en este caso, lo haga directamente en las pantallastelevisivas y de ordenador, vía soporte digital) propuestas que semueven en ese territorio temático. Es el caso de “Amenazados”(Unthinkable; U.S.A., 2010), una cinta que dista de ser un productode serie B —basta ver su reparto para verificarlo—, pero que, aúnasí, no ha conseguido (¿misterios de la distribución…?) accedera la sala oscura.
Tampoco setrata “Amenazados”, todo hay que decirlo, de una película quesobresalga por nada que no sea la crudeza con que, puntualmente, ysiguiendo la senda de ciertas sagas y tendencias del cine de terror reciente, nos muestra algunas prácticas de tortura a que uno de susprotagonistas, H. (Samuel L. Jackson), somete a su personajeprincipal, el terrorista islámico Steven A. Younger/Yusuf (MichaelSheen), y algunas puntas de tensión generadas por la entrada enescena de algunos personajes cuya presencia, no por obvia en elcontexto del desarrollo de la trama, deja de generar una lógicadesazón en el espectador. Evidentemente, avales poco cuantiosos pararespaldar una propuesta cuyas pretensiones de partida, pese a lafalta de originalidad de sus premisas argumentales, parecen apuntarmás alto.
Amenazados”pone en juego dos líneas narrativas: una central, basada en lageneración del suspense de una amenaza “contra-reloj”, que vaavanzando progresivamente hasta el desenlace final, y que, en cuantoa estructura formal, va alternando el desarrollo de las pesquisaspoliciales para la desactivación de la amenaza (que ocupan un lugarmínimo y muy desvahído) con el despliegue de un ejercicio intensivode tortura encaminado a conseguir la información que permita elobjetivo antes señalado (y que sustenta el debate moral, en el queentraremos después, que pretende dotar de enjundia y profundidad alfilm); y una secundaria, en la que, posicionados en los dos puntoscontrapuestos de ese debate, los personajes de H. y Brody (Carrie-Anne Moss, desesperantemente envarada) desarrollan una luchasoterrada e intensa por imponer su criterio de actuación, con lasconsecuencias que ello puede comportar (según se adopte una opciónu otra).
Aun sintratarse de planteamientos argumentales especialmente novedosos, ysiendo su tratamiento formal bastante correcto (el ritmo es ágil yla realización, dentro de lo convencional, no incurre en errores niexcesos manifiestos), se trata de un material que no tendría por quédar origen a un material fílmico desdeñable. Pero donde realmente“Amenazados” falla, y se convierte en una propuesta mediocre, esen su reiteración, machacona hasta un punto que se hace extenuante,en hacer del debate moral que recorre el tronco de su historia (y queno es otro que el sempiterno dilema de la legimitación ética de latortura como medio para conseguir, mediante el daño de uno—culpable—, la salvación de muchos —inocentes—, planteado yaen mil y una obras artísticas precedentes) un elemento que seexplicita, a través de episodios y diálogos, una y otra vez, adinfinitum. De ese modo, cuando asistimos al ¿quinto, sexto,séptimo…? cruce de gritos, imprecaciones y frases solemnes entrelos personajes a cuenta de este debate, uno siente la tentación dedesconectar y pierde todo interés en seguir atento a lo que sucedeen la pantalla —que, además, resulta de lo más previsible—.
Endefinitiva, “Amenazados” constituye una propuesta que pasa por lapantalla sin pena ni gloria, una más de tantas —lágrimas en lalluvia…— a la que dar carpetazo, una vez vista, con la convicciónde que no dejará mayor huella para ese momento en que uno se pone arepasar aquello que en su día vio, y de la que lo único que quedaráen mi recuerdo (si tengo la precaución de archivarlo en eldirectorio adecuado) será el fichero que alberga esta reseña. Enfin…
* APUNTE DEL DÍA: calor, mucho calor. Y un sentido cumpleaños feliz a la gran Helen Mirren, que ha cumplido (nada menos que) 66 añitos...

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