Ryan Murphy lo está dando todo últimamente: American Horror Story, Scream Queens… aunque sin salirse de esa línea bizarra/mamarracha tan característica suya. Ahora llega American Crime Story, algo totalmente diferente con lo que nos sorprenderá a todos, una fuerte crítica al racismo, al machismo y a la sociedad estadounidense en sí.
(Sin spoilers):
Y es que, esta vez, Murphy no nos habla de un grupo de adolescentes clicheados que cantan para olvidar lo marginados que están, tampoco de una hermandad llena de gente hortera que se llama igual, ni de un hotel lleno de fantasmas, vampiros y bebés-monstruo. American Crime Story relata una serie de juicios basados en hechos reales, con toda la seriedad que ello conlleva.
Corren los años 90. O.J. Simpson, un jugador de fútbol americano, es acusado de matar a su ex mujer y a un amigo de esta. La historia sobre cómo un héroe estadounidense, tan idealizado como puede estar cualquier celebridad de nuestro tiempo, se convierte del día para la noche en un sospechoso de doble asesinato. Lo tenía todo: fama, dinero, encanto… Es difícil de creer que alguien que es un ejemplo a seguir para tantos haya hecho algo así. Pero todas las pruebas apuntan hacia O.J., mientras él jura y perjura que quería a su mujer. ¿Es siempre todo lo que parece?
Pero, en realidad, no creo que el tema sobre el que gira toda la temporada sean ni la culpabilidad ni la inocencia de O.J, sino uno muy diferente: el racismo. La serie nos muestra cómo policías blancos abusaban de su poder contra los negros. Y esto es usado por los abogados de O.J. como una defensa, afirmando que si fuera un hombre blanco el caso sería muy diferente. Además, su raza es una de las razones por las que la gente lo admira tanto, por ser uno de los primeros hombres negros con una fama así. Su historia da esperanza, simplemente la gente no quiere creer que su ídolo haya matado a nadie. Sin embargo, hay una frase del protagonista que me ha impactado en especial: “yo no soy un hombre negro, soy O.J. Simpson”. Lo que nos hace reflexionar sobre la discriminación racial y su origen, si el racismo es solo cuestión del color de piel o también lo es de posición social. Si O.J., un rico y famoso jugador de fútbol americano es discriminado también por su raza o ésta es secundaria cuando el dinero se interpone.
Otro tema que se trata en la serie, aunque de forma secundaria, es el machismo. Y es que, aunque no se le de demasiada importancia, se trata de un caso de violencia de género. Nichole era constantemente maltratada por O.J., pero a nadie parece importarle. Incluso podemos ver cómo el jurado la llama “buscona” a una mujer que ha sido asesinada por su ex marido. Estos actos son en sí mismos una dura crítica hacia la sociedad machista, y la poca importancia que se le ha dado (y que se le da) a este tipo de crímenes.
En cuanto al elenco, tenemos a la fantástica Sarah Paulson, interpretando a Marcia Clark, una fiscal harta de que asesinos salgan impunes por su fama o dinero. Una mujer fuerte en lo que era un mundo de hombres, a la que se la crítica por ello, pero que se mantiene firme en todo momento. También encontramos a David Schwimmer, nuestro queridísimo Ross Geller, como Robert Kardashian, íntimo amigo de O.J. (y padre de unas futuras estrellas de los realities). Incluso John Travolta, que tan pronto nos canta Summer Loving como defiende a O.J. frente a los tribunales.
Es una serie entretenida, brillante y polémica, con emocionantes escenas de acción y, lo más importante: basada en hechos reales. La mejor forma de seguir paso a paso los juicios de O.J. Simpson, con todas las consecuencias que provocaron en la sociedad estadounidense.
¿Y vosotros? ¿Pensáis darle una oportunidad a American Crime Story?
Victoria (@MissGoingAway)