Revista Cine

American gangster (U.S.A., 2007)

Publicado el 02 enero 2012 por Manuelmarquez

American gangster (U.S.A., 2007)SINOPSIS.- A la muerte de su mentor,Bumpy Johnson, en 1968, el que fuera su más íntimo colaborador,Frank Lucas (Denzel Washington), se convierte en el rey del mercadode la droga de Nueva York, gracias a una actividad metódica eimplacable, que le granjea tantos éxitos como enemigos. En supersecución, un equipo comandado por Richie Roberts (Russell Crowe),un policía que enarbola la honradez como mascarón de proa, y quehabrá de afrontar un delicado y concienzudo ejercicio deinvestigación para desarbolar un tráfico mortal que va camino deadquirir el rango de epidemia. El duelo está servido...
EN UN PÁRRAFO...- Basándose en unepisodio real —el de Lucas—, Ridley Scott construye un relato delargo aliento, duro y compacto, en el que, a través de un metrajetan generoso en su duración como intenso en su ritmo, combina doslíneas argumentales íntimamente entrelazadas y que asientan susraíces en la mejor tradición del noir de Hollywood: por un lado, lade la ascensión y caída del típico 'self-made-man' que, a base dedeterminación y contundencia, consigue cobrar altos vuelos(rememorando a personajes como el Toni Montana de 'El precio delpoder'); y, por otro, la de la lucha pertinaz contra esa encarnaciónconcreta del mal, a cargo de un hombre con la misma determinación,pero movido por una convicción moral inquebrantable (en la línea deun Eliott Ness, con el que no es difícil encontrar fuertesconcomitancias). En cualquier caso, cine con regusto a clásico...
EN SU HABER.- 1, lo conseguido de suritmo narrativo, que sigue sin la más mínima desviación —a basede aunar lo compacto y lo ligero— los cánones de la construccióndramática del cine hollywoodiense más convencional, para conseguirque sus casi tres horas de duración (en su versión 'extendida')pasen en un un suspiro; y 2, la impregnación con que el tonomortecino de su fotografía (a cargo de Harris Savides) 'baña' lahistoria, contribuyendo a que su ambientación se convierta en unpunto importante de refuerzo para la intensidad de la misma.
EN SU DEBE.- 1, el elevado número degolpes de efecto: no debe ser fácil eludirlos en una trama en la quesexo, drogas y violencia campan a sus anchas, pero Scott tampocoparece tomarse excesivas molestias en obviarlos (cuando, ciertamente,no eran necesarios para remarcar esos elementos de la narración, queno es necesario explicitar visualmente de manera tan acusada); y 2,la ligereza con que sobrevuela por encima de lo que podría haberconstituido el elemento más escabroso, y con más significaciónmoral, de la historia, como es el de sus 'derivaciones militares',que no elude, pero en las que tampoco profundiza, transmitiendo laimpresión de que, a nivel de relato, no se ha querido incidir en unelemento sin duda delicado, pero de implicaciones potentísimas.
CALIFICACIÓN (s/. 10).- 6'5.-

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