A estas alturas seguramente ya os ha dado tiempo a casi todos a terminar la tercera temporada de American Horror Story, la temporada de las brujas, una de las más feministas y la que a priori con más elementos contaba a su favor para triunfar: una premisa muy interesante, el mundo de la brujería, y un elenco por el que mataría cualquier cineasta, desde la todopoderosa Jessica Lange, a Sarah Paulson, Lily Rabe y otras nuevas incorporaciones como Kathy Bates, Gabourey Sidibe y Emma Roberts. Teniendo a tantas grandes actrices metidas juntas en un mismo aquelarre, por fuerza tenía que salir una temporada fantástica, ¿verdad? En mi opinión, la respuesta es sí y no. Ha habido grandes momentos, más de los que podríamos contar con una mano, pero en general me he quedado con la sensación de que no sabía qué historia querían contar o, más bien, con la sensación de que han querido contar tantas historias y aspirar a tanto que se han quedado a medio gas. No han sabido hilarlas de forma correcta y por eso el final les ha quedado algo descafeinado y los personajes un tanto desdibujados. Pero vayamos por partes, que la temporada también ha sido muy molona a ratos y eso no se le puede negar.
El piloto, del que os hablamos Juan y yo, fue genial. Quizá fuese porque la esperaba con muchas ganas, pero a mí me pareció un gran capítulo que dejó el hype por las nubes, lleno de momentazos y que presentó de forma interesante a todos los personajes. De ahí al especial doble de Halloween todo en general fueron buenos momentos, pero luego sentí que algo fallaba. Se les fue yendo la pinza de una forma brutal, y no del modo brutal guay en que se les suele ir. Sentí que los personajes, de algún modo, perdían el rumbo. Por un lado teníamos a Cordelia, que se volvió bipolar y pasaba de ser una bruja furiosa y borde a ratos a ser otra más empática, cariñosa y endeble según las exigencias del guión. Luego estaba Zoe, la "protagonista", en la que el público supuestamente tenía que verse reflejado. Ese extraordinario poder que demostró en Halloween al defenderse de los zombis pareció perderse en la inmensidad de la historia, y ni hablemos de su super vagina power, del que también se olvidaron. Sigo pensando que ella habría sido la Suprema ideal para el Aquelarre, mejor que Cordelia. Y Queenie. Un personaje bastante molón pero que también pecaba de bipolar. Ahora me paso al bando contrario porque sí, ahora vuelvo, ahora soy muy borde, ahora muy tierna, ahora confío en la racista psicópata, y ahora, cuando por fin se estaba redimiendo, la entrego a su mortal enemiga. Muy consecuente todo.
Madison me ha encantado, pero tampoco les ha quedado del todo definida. En el piloto la vimos llorando en la ducha, destrozada, después de que la hubieran violado. Sin embargo, conforme avanza la serie, se olvidan de mostrarnos sus sentimientos y la vemos siendo solamente una zorra. Una zorra genial, sí, pero solo eso. En su escena final con Kyle sí que mostró "algo" al confesarle su amor, pero me pareció una escena forzada. El triángulo amoroso Zoe-Madison-Kyle les ha quedado como un churro en todos los sentidos. Y es que volvemos a lo mismo, esto es la pescadilla que se muerde la cola: no le han dedicado suficiente tiempo a cada historia ni a cada personaje. Nos hemos tenido que creer que Zoe se enamorase de Kyle solo con el par de escenas molonas del piloto (y mejor no hablemos del personaje de Kyle, cutrecillo de narices). Y Misty Mae. Qué mujer tan fantástica. Sin embargo, su trayectoria tampoco me ha gustado. Ella era un espíritu libre, ya lo dijo ella misma, pero a Cordelia no le costó ni dos segundos convencerla de que podría ser la siguiente Suprema. ¿Por qué, para empezar, una mujer como ella iba a estar interesada en serlo? No me he acabado de creer las motivaciones de algunos personajes.
Pero no todo han sido decepciones. Si por algo diría que ha destacado Coven ha sido por los pequeños-grandes puntazos. Ver a Myrtle Snow -personaje que sí me ha fascinado de principio a fin- arrancándole los ojos a sus amiguitos del Consejo fue toda una experiencia, y en general también lo fueron todas las escenas de Fiona Goode, un personaje al que sí que le cogieron el punto toda la historia. Bueno, eso y que Jessica Lange haría creíble cualquier papel que le den. Pasión, mucha pasión en todas sus frases, y muy especialmente en ésta, que era premonitoria de lo que les aguardaba a las chicas:
"La única cosa de la que tenéis que tener miedo es de mí"
Esa mujer es más chula que un ocho. Ella lo sabe, yo lo sé y vosotros también lo sabéis. Y, contrariamente a la opinión generalizada, a mí las historias de Madame LaLaurie y Marie Laveau (interpretada por Angela Bassett, todo un descubrimiento que también participará en la cuarta temporada) me han gustado mucho. Las actrices le han puesto mucho corazón a sus personajes y han hecho las historias muy entretenidas. Me habría gustado que se centrasen más en esa guerra entre las propias brujas y menos en los Cazadores de Brujas, que resultaron ser la cosa más cutre del mundo -¿para eso tanto drama?-, pero aun así han sido correctas.
Esto ha sido Coven a rasgos generales, una de cal y otra de arena. Diría que, en orden, mis favoritas han sido Murder House, luego Coven y finalmente Asylum, que no me pareció tan brutalmente épica como a casi todo el mundo, al parecer. De todas formas, a pesar de los fallos de cada una, American Horror Story es una serie muy especial que siempre, de alguna manera, se las apaña para sorprender y entretener (además de para reunir a actrices extraordinarias) y eso se agradece. Lo único que queda es esperar que para la próxima temporada sepan pulir los defectos y acaben de hacer una temporada del todo redonda. Si hablamos de redondez, sí que hay que reconocer que la palma en ese sentido se la lleva Asylum. Si hablamos de impacto, Murder House. Y, si hablamos de glamour... Coven. ¿Vosotros qué pensáis?
Y con esto, con un bizcocho y con ¡¡BALENCIAGA!!, nos despedimos hasta la próxima. Jessica Lange dice que ya está practicando su acento alemán para la siguiente temporada... ¿con qué nueva y perturbada mujer nos sorprenderá? Solo Ryan Murphy lo sabe.
PD: Por si no pillasteis el chiste, Balenciaga es un famoso diseñador español, para más información he aquí su wikipedia. Y, por cierto, que Myrtle quisiera suicidarse por el motivo por el que lo hizo es cutre de narices, pero que gritase eso fue muy chulo, así que se le perdona.