Revista Regiones del Mundo

Amores polacos

Por Nestortazueco

 

(Antonio Masip, Lne.es)

Polonia ha entregado«los trastos», en lenguaje taurino, o «el testigo», en relevos deportivos, a Dinamarca. Fueron seis meses de admirable trabajo en medio de «dificultades sin cuento», como hay quien traduce varias veces en «La Ilíada». Polonia ha estado a la altura exigible y ha reforzado un alicaído espíritu comunitario como me dicen aún se recuerda del impulso español de 1986.

En «La Regenta», «polacos», siguiendo la fraseología española del siglo XIX, se consideraba «a los reaccionarios» que seguían a Sartorius, antiguo ministro; en el XX, Manolo Vázquez Montalbán se llamaba a sí mismo «polaco» como supuesto sinónimo de «catalán». Si la Historia de Europa -cuyo museo está encargado, en Bruselas, a mi gran amigo Martí Grau- se parase hoy, en este mismo fin de año, «polaco» significaría «europeísta». Así se lo he reconocido a sus autoridades nacionales en varias reuniones. No me dieron la palabra en la sesión plenaria de balance, pero logré remitir al acta las siguientes palabras improvisadas en ese trámite parlamentario:

«Felicito a Polonia por su presidencia semestral, y en especial al ministro de exteriores, Sr. Sikorsky, por su reciente discurso europeísta de Berlín, una pieza oratoria importantísima y significativa. Como ponente para el Observatorio de Propiedad Intelectual agradezco a la presidencia polaca su aliento y lamento que mi informe no se apruebe en plenario hasta febrero próximo. Desvelos polacos apreciables también en materia de asilo político, como acaba de decir el diputado López Aguilar. En otra derivada, feliz 2016, año de la cultura europea en Polonia y España, que espero con el mismo espíritu europeísta y cultural que ha caracterizado esta presidencia semestral y que me hubiera gustado compartir con Oviedo, mi ciudad, como bien intentamos en Oviedo-2016 y la capital de Asturias se merecía».

En términos semejantes me pronuncié en la sesión del «triálogo», que yo mismo presidí la semana pasada con el Consejo y la Comisión.

Pese al indudable esfuerzo polaco hay, no obstante, asuntos en los que participo que quedan pendientes. El más inmediato es ese acuerdo del Observatorio, a situar en la Agencia comunitaria de Marcas de Alicante, que se ha de ver definitivamente en Estrasburgo, en el Pleno de febrero de 2012. Todos los grupos han comprometido su apoyo a mi informe, aunque los verdes sólo la abstención. El otro tema de mi directa responsabilidad, el informe de las condiciones del asilo político, que sí fue aprobado en el pleno de mayo de 2009, todavía no cuenta con la aprobación del Consejo, órgano colegislador bicameral con el Parlamento. Polonia lo ha intentado sacar adelante con sinceridad, pero siguen escollos de varios países mientras la extrema derecha está ojo avizor a nuestro triálogo, postura política radical que tiene cada vez desgraciadamente más fuerza en países con elecciones próximas.

Con este expediente de Comisión LIBE y otros asuntos de la Comisión JURI, Pablo Sánchez, mi más íntimo colaborador, ha viajado a Copenhague preparando el trabajo de la presidencia danesa. También estamos en contacto con los buenos amigos chipriotas, que se harán cargo el 1 de julio de su presidencia y que ya visité en Nicosia hace meses. El desarrollo comunitario es así de complejo, pero, por encima de todo, es de justicia proclamar que hemos sentido verdadero «afecto polaco», consecuente con un ideario europeísta que no todos sienten y que no fue la tónica del paso por la presidencia de Hungría y Chequia.

 


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