Ana Julia Quezada es una pobre mujer que vino desde La república Dominicana, su tierra natal a pagar las pensiones de los españoles odiada por ser mujer, inmigrante y negra.
Recién llegó a España, lo primero que hizo fue ser puta. También salió en videos porno haciéndose llamar Evelyn en Putalocura. Igual hasta fue la asesina de Ramona.
Luego conoció a un camionero que la sacó de puta. Se casaron en 1993 y tuvieron una hija que a los 3 años decidió que la vida era muy dura y se tiró de un séptimo piso.
Pero la suerte le cambió y a su marido le tocó un pastón en la Bonoloto. Poco después, coincidiendo con que ya ambos fundieron la pasta, ella se cansó de tocarle la churra y lo mandó a paseo. Se quedó con la casa y con la niña más una paguita de 700 euros mensuales más una denuncia por violencia de género de regalo.
Poco después, conoció a un viudo que le sacó otra casa y cuando estaba ya gravemente enfermo, la hizo beneficiaria única de un seguro de vida de 30.000 euros más, que cobró tras su muerte. Dos días antes de que muriera, se operó para "ponerse más pecho". Evidentemente era una inversión a largo plazo, ya que tenía que buscarse otro pringao.
Tras el velatorio, se fue al cine y a cenar con un señor operado de una traqueotomía, con el cual se volvió a casar y sangrarlo de lo lindo antes de morir.
Su ultima victima pareja fue Ángel Cruz, el padre de Gabriel. Ambos se conocieron en 2016, en el bar en el que ella trabajaba y comenzaron una relación. Tan solo una semana después de conocerse, Ángel le presentó a Gabriel, y en septiembre de 2017 se fueron a vivir juntos.
Todo fue bien hasta que un día Gabriel cogió el hacha y gritó: Negra, tú a mí no me mandas. Acto seguido gritó SIEG HEIL!, se puso un capirote blanco de nazareno, y se lanzó sobre ella haciendo el saludo fascista con una mano mientras blandía el hacha con la otra.
Cierto es que después lo molió a palos, lo dejó tirado, se fue a cenar y cuando vuelve el niño está agonizando, lo asfixia, esconde el cadáver y siembra la investigación de pruebas falsas para que no la pillen y se pasa dos semanas disimulando al lado de los padres con una frialdad pasmosa. Pero no nos dejemos manipular porque fuera un niño y veamos con perspectiva la situación: un potencial terrorista machista fue abatido por una activista del antirracismo y defensora de la libertad feminista.
Después de eso fue culpada injustamente del asesinato por una sociedad que no la supo integrar y unos racistas que pedían que la condena fuese alta.