Revista Cocina
Ya he hablado en alguna ocasión en este blog de Agro de Bazán y sus vinos. He mencionado que tengo cierto cariño a esta bodega por ser la primera que visité y porque en ella tuvo lugar un acontecimiento familiar importante. Por eso, cuando los responsables de la bodega se pusieron en contacto conmigo para decirme que estaban interesados en enviarme algunas botellas de su nueva añada para que las probara y viese el nuevo etiquetado, acepté sin reparos.
No voy a hacer aquí un alegato a favor ni en contra de las bodegas, tiendas o bloggers que envían o reciben muestras; allá cada quien con lo que hace y cómo lo hace. Yo no tengo por qué dar explicaciones a nadie, así que pasemos a lo importante: el vino.
Desde la bodega me enviaron (no sin cierto atasco por parte de la compañía de transportes, que llegó a decir que no sabía dónde estaban las botellas), una botella de cada uno de los dos vinos que son su punta de lanza en la DO Rías Baixas, Granbazán Etiqueta verde y Granbazán Etiqueta Ámbar a las cuales di unos meses de reposo antes de descorcharlas.
La añada 2015 fue una añada más seca y fría de lo habitual en el Valle del Salnés, con menores rendimientos y bayas con una mayor relación pulpa/hollejo; el final del verano fue seco y se empezó a vendimiar a finales de Septiembre.
Granbazán Etiqueta Verde 2015 (DO Rías Baixas, blanco joven 100% Albariño, Agro de Bazán) se elaboró a partir de cepas plantadas en Tremoedo (Vilanova de Arousa) en suelos de granito descompuesto en los que no se utilizan fertilizantes de síntesis química ni herbicidas. Tras vendimia manual en cajas de 18 Kg, despalillado, maceración en frío a unos 6-8ºC, mezcla de mostos flor y muy suaves prensadas. La fermentación tuvo lugar en inox a baja temperatura durante 2 semanas y luego el vino reposó con sus lías finas durante 3 meses; embotellado temprano tras una suave filtración. Nos encontramos con un vino de color amarillo brillante con reflejos verdosos, con una nariz discreta donde notamos sobre todo manzana, hinojo y toques de melocotón. En boca reveló una buena acidez cítrica, siendo algo graso, con cierto peso y amargoso. Es un vino que cumple dentro de su estilo y que me pareció mejor de lo que me esperaba encontrar.
Granbazán Etiqueta Ámbar 2015 (DO Rías Baixas, blanco joven 100% Albariño, Agro de Bazán) es el buque insignia de la bodega. Se elabora a partir de los mismos viñedos que el anterior, en los que están trabajando para conseguir la certificación orgánica, e intentando minimizar el impacto sobre el medio. Tras vendimia manual y selección en finca y bodega, los racimos se despalillaron y se realizó una maceración en frío a 6-8ºC durante unas 8 horas. El mosto pasó por gravedad a los depósitos de fermentación, teniendo lugar ésta última de forma espontánea y prolongándose durante dos semanas. Desfangado, trasiego y reposo sobre lías finas durante 3 meses antes del embotellado. El resultado de estos procesos es un vino de color amarillo alimonado con reflejos pajizos, limpio y brillante. La nariz tiene una intensidad media, con manzana, pera, piña, algún anisado y fruta de hueso. En boca es un vino ligeramente graso, de buena acidez, amplio y con un final amargoso muy agradable. Un buen vino que mejorará con algo más de reposo en botella.
Con respecto al etiquetado, creo que los cambios han sido para mejor, mostrando ahora una imagen más seria y elegante, sin perder las señas de identidad de la bodega.
Cuando empecé a beber "albariños" lo hice como la mayoría: echando mano de lo que había en los lineales de las grandes superficies, y pensando que muchos de esos vinos eran muy buenos y que así debía ser un vino de las Rías Baixas. El tiempo pasa, uno va probando muchas más cosas, conociendo elaboradores, adquiriendo conocimientos y haciendo el paladar, y se da cuenta de que aquello que antes le entusiasmaba, ahora le llega a resultar en ocasiones insulso y aburrido. Granbazán es un Rías Baixas fácilmente encontrable y adquirible, y sin pertenecer a los que para mí son los grandes exponentes de esta región vinícola, son buenos vinos que cumplen sobradamente su cometido, y que sobre todo en el caso de Granbazán Etiqueta Ámbar pueden plantarse en cualquier mesa sin desmerecer a quien lo haya elegido.