Vuelve Max, y lo hace en su segunda y divertidísima aventura, como lo fue en su día la primera. Muy evolucionada eso sí, recibimos esta entrega de la mano de Press Play, la desarrolladora de videojuegos que fue comprada por Microsoft y que, por lo tanto, ha crecido. Press Play lanza su tercer videojuego, el segundo de la saga Max, y el resultado obtenido dará fruto a nuevos y buenísimo títulos Indie, como lo lleva haciendo desde su fundación.
Max: The Curse of Brotherhood no es una secuela directa de Max and the Magic Marker, aunque cuentan con numerosos parámetros similares, como lo son la diversión, el protagonista, el género y, a gran escala, la jugabilidad.
Veamos ahora el motivo del por qué debemos adquirir este título exclusivo de Xbox Live.
HISTORIA
La historia de Max: The Curse of Brotherhood comienza con la desesperación de Max, nuestro protagonista, y su deseo de perder de vista a su hermano Félix por las tropecientas travesuras que le hace pasar. Sin saber que hacer ya, Max busca un hechizo por internet para hacer desaparecer a Félix, con la sorpresa de que dicho hechizo se realiza y el hermano de Max es transportado a un mundo lleno de magia y fantasía, al cual también decide transportarse Max para no tener remordimiento de conciencia.
En este mundo, dominado por Lord Mustacho y sus 75 ojos distribuidos a lo largo y ancho de este lugar. Todo empezará en este nuevo mundo cuando nos encontraremos con una anciana que nos otorga un rotulador con poderes mágicos, que mejoraremos a lo largo de la aventura y será nuestra arma para avanzar y eliminar a los enemigos que nos encontraremos, de una forma novedosa como es el ir dibujando pilares de tierra, corrientes de agua, ramas, lianas y poderosas bolas de fuego. Desde el comienzo hasta el final, estaremos disfrutando de una historia simple pero divertida y adictiva a más no poder.
JUGABILIDAD
Este nuevo Max nos hace encontrarnos ante un juego de plataformas de scroll lateral que, salvo contadas situaciones, es muy lineal. Los obstáculos pasan a un segundo plano dado al elevadísimo número de puzles que nos encontramos en todos los escenarios tanto como para avanzar en la aventura como para logar arrancar los ojos de Lord Mustacho.
La mecánica de Max: The Curse of Brotherhood funciona a la perfección. Nuestro personaje, Max, responde de manera precisa en todos los movimientos, tantos en los de salto, como en los de agacharse y la facilidad en la que lo haremos.
Aunque el primer capítulo se puede considerar como un pequeño tutorial, Max: The Curse of Brotherhood es un videojuego sencillo y rápido de dominar, ya que, salvo los poderes nuevos de nuestro rotulador que se usan de la misma manera sea el poder que sea, manejamos a Max de igual manera en toda la aventura.
La inteligencia artificial de los enemigos es junto a la dificultad, que ahora hablaremos de ella, uno de los puntos por los que a este título se le resta puntos, y la verdad que varios, ya que los enemigos son, como bien dice Max en la aventura, tontos, no tienen lógica ninguna y deshacernos de cada uno de ellos no tiene dificultad alguna, dando mucho margen de error en los momentos que deberían ser más difíciles.
Eso sí el título tiene a su favor, que nos encontramos ante una duración idónea, no es ni pesado ni fugaz. Depende de nuestra habilidad en resolver los puzles que nos encontramos, y de la misma a la hora de eliminar los enemigos. Por estos factores y independientemente de cuál sea nuestra habilidad, no llegará a las diez horas. Eso sí, completar el 100% del videojuego es algo que se puede hacer incluso a la primera, aunque obviamente, llevará algo más de tiempo.
En definitva y como ya hemos dicho, una debilidad de Max: The Curse of Brotherhood es la Inteligencia Artificial presentada. Otra es, sin lugar a dudas, la dificultad, inexistente en casi todo el videojuego, salvo un par de puzles, de los que con un par de intentos serán resueltos. Una pena porque esto aumentaría su duración y su nota. Por el resto nos encontramos ante un apartado muy correcto y bien llevado.
APARTADO TÉCNICO
Apartado Visual
El apartado visual es una gozada, llenos de luminosidad que sorprende al jugador. Con cambios radicales, ya que visitaremos desiertos, cuevas prisiones, entre otros lugares, cada lugar es único y preciosista. Un diseño artístico de estos que entran por los ojos para quedarse grabados dentro de nuestro pequeño corazón gamer.
En este destaca especialmente los decorados, con unos efectos de profundidad verdaderamente preciosos, y como ya decíamos, una variedad de diseños encomiables.Este mundo indie es puro amor, la verdad.
Apartado Sonoro
La banda sonora encaja con la aventura, cambiando según el contexto en el que nos encontremos y alertándonos o no de las situaciones, por lo que es aconsejable de tenerla presente para que estemos relajados a la hora de resolver los puzles.
Las voces y sonidos son correctos, ya que cuando nos encontramos con más de un sonido en cualquier escenario la mezcla hace que no identifiquemos bien los sonidos, algo perdonable porque no ocurre de forma continuada.
Aunque no puede influir en nuestra valaoración, porque es algo que no tiene fundamentos, es el no llegar doblado al castellano, una verdadera lástima que, aunque no tenga un vocabulario complejo y podremos entender un gran número de palabras, es complementado por la casi perfecta traducción en los subtitulos.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
Sin publicidad alguna, y de sorpresa, llegó Max: The Curse of Brotherhood, un videojuegos de plataformas que no tiene nada que envidiar a cualquier videojuego de plataforma de la generación, y aunque se esperan títulos de gran calibre para esta nueva generación, el pésimo catálogo de lanzamiento de ambas consolas hacen que Max sea un título del que nos vemos obligado jugar.
LO MEJOR
-La diversión.
-El final.
LO PEOR
-No está doblado al castellano.
-La ausencia de dificultad.
“Nuestra forma de valorar los juegos“