Retrato de Andrew y Jamie Wyeth de M. Ahearn
Hay exposiciones por las que paseas.Hay exposiciones de las que no te quieres marchar. Y...Hay exposiciones, muy pocas, en las que te quedarías a vivir.Jamás me había pasado algo así. Como todas las cosas fabulosas de la vida me sucedió sin esperarlo, por sorpresa. Y sé que no voy a ser capaz de contarlo bien, de contarlo como se merece. Si alguna vez vuelvo a enamorarme me temo que tampoco seré capaz de contarlo.
No estaba preparada para los Wyeth. De hecho, fui completamente a ciegas, una amiga me dijo "no te la pierdas" y esas palabras se me metieron dentro y sabía que tenía que ir. No conocía a los Wyeth ni lo que iba a ver. Pensándolo mientras escribo estas palabras, se me ocurre que quizás sí que estuviera preparada, que tenía el ánimo, el tiempo, la cabeza y los sentimientos preparados para ellos y su obra.
La exposición está en la parte de abajo del Thyssen, un poco escondida porque lo que "está de moda" son los realistas de Madrid. Para los Wyeth no había nadie...
Sobre una pared amarilla leo la cronología de sus vidas. Andrew el padre, murió en 2009. Nació en 1917 así que casi escucho a mis neuronas hacer los cálculos de cuántos años vivió. Jamie sigue vivo, es más joven que mi madre y en la foto en la que sonríe junto a su padre y en la que no aparenta más de 40, me cae mal.
Nada más entrar en la sala, se me cae el folleto al suelo y cuando levanto la vista del suelo tras recogerlo Andrew Wyeth me miradesde la pared. ¿Cómo se puede pintar así a tu padre? ¿Cómo puedes transmitir amor, admiración, cariño y agradecimiento en un retrato? No es sólo que el retrato sea increíble y Andrew parezca ir a salir del cuadro, girar la cabeza y decir algo como "¿a qué doy miedo con este gesto?”, es que Jamie también está ahí... todo el cariño de un hijo plasmado en una pintura. Es un retrato que dice "No te mueras nunca" o mejor "Pensar en tu muerte me paraliza".
"Para pintar algo bien pensaban que necesitaban conocerlo a fondo".
Andrew parece mirar el retrato que él mismo hizo de su hijo cuando era pequeño, "Lejanía" Es un cuadro extraño porque el niño transmite miedo y temor pero al mismo tiempo parece extrañamente confiado. No está perdido, sabe dónde está y parece más bien atento, alerta. Esperando la reacción de alguien, la ayuda de otra persona.
El retrato El alemán lo he visto de refilón al entrar en un video que estaban proyectando. Una mirada azul que se pierde mirando ¿el pasado? ¿los recuerdos? En la sala siguiente está "Hierbapisada" y pienso que esas piernas con botas y capa podrían ser las del alemán, y que caminan en sentido contrario a la mirada, huyendo de los recuerdos. Vuelvo para atrás para comprobar si eso es posible, si de verdad casan o es mi imaginación y, entonces, me doy cuenta de que las paredes de las salas van cambiando de color, azul, gris, rojo sangre, amarillo. ¿Por qué? ¿La impresión de los cuadros sería menor con otro fondo? Me encantaría preguntárselo al comisario.
La casa de Rockwell Kent, un estudio sobre cartón, es el cuadro que me convence de que me quiero quedar a vivir aquí. Me fascina la luz, las piedras desprendiendo calor, el cielo azul, la casa que es hogar y me encanta el color del cartón que se deja ver y da sensación de cotidianeidad, de rutina, de andar en zapatillas y ropa cómoda. Lo que es sentirse en casa. Me gusta tanto que decido que si me tocan 40 millones en la primitiva lo compraría. Jamás había pensado algo así.
Un poco más allá está el cuadro que me hace pensar que voy a tener que ganar 80 millones. El roble del padre Wyeth me descoloca. Me acerco, me alejo, ¿tiene cristal? ¿cómo lo ha pintado? ¿por qué esta perspectiva sin raíces, sin entorno, sin referencias? Es representación de él mismo, de los padres en general. Un árbol que dice a sus hijos, no importa dónde esté o estemos, no importa como me sostenga... estoy aquí.
La siguiente sala está llena de desnudos. Un festival de cuerpos maravillosamente pintados. Las cartelas explicativas me cuentan que el padre, Andrew, decidió lanzarse a pintar desnudos tras ver los que su hijo estaba haciendo. Una sabia decisión, sin duda. Nureyev en plan divo, ¿podía estar en otro plan?, casi parece un personaje malvado de cómic, una especie de villano tipo El Jocker. El estudio preparatorio es impresionante.
La serie de La Virgen de Andrew es apabullante. Es perfecta. Es una virgen desnuda. Puedes imaginarla con toda la parafernalia religiosa encima y no te conmovería más. No trascendería más. Es una maravilla.
"Para saltarte las normas tienes que conocerlas".
Pura sabiduría. Los Wyeth son pintores espectaculares, unos acuarelistas como hay muy pocos y, como han aprendido todas las técnicas, todos los estilos, obviamente conocen la historia del arte... pueden saltar por encima de todo y hacer... lo que hacen.
En el pasillo que lleva a la zona enloquecida de Jamie (aunque esto todavía no lo sé) me encuentro con Estudio para castañas y me quedo paralizada. Lloro. Literalmente me caen lágrimas por la cara. Un adolescente con ropavieja y siento que querida y confortable, de pie contra un fondo que imagino batido por el viento, mira hacia atrás, o ¿es hacia el futuro? ¿Mira lo que le espera o la niñez que estaba deseando dejar atrás y ahora contempla con añoranza porque era un sitio seguro dónde todo estaba claro?. El espectador le mira desde abajo, desde un punto de vista que parece decir "tranquilo, todo pasará, no te pongas triste". Un punto de vista que no protege, un punto de vista que sabe que todo cuanto diga no servirá de nada... hasta dentro de unos años. Así mira M, y tengo fotos exactamente en la misma postura.
A su lado cuelga esta maravilla, "Cuerda ycadenas", un dibujo ligero que de la mano de cualquier otro podría pasar desapercibido... pero que me llama a quedarme delante, parada, pensando. No recuerdo qué, no sé dónde me fui, ni por dónde me perdí mirando este cuadro pero sé que no se me olvidará jamás.
Las siguientes salas son como un recreo después de toda la intensidad emocional, al menos para mi. Los Wyeth eran unos grandes juerguistas, les encantaba las fiestas, celebrar Hallowen, disfrazarse. Dan la sensación de saber pintar y, al mismo tiempo, disfrutar con ello, saborearlo, divertirse. Pueden permitirse momentos de ligereza, de frivolidad, de diversión. A lo mejor no están pintando una obra maestra o algo que les vaya a cambiar la vida, pero saben que hay que sacar todo lo que tienes dentro, aunque sea o parezca malo, aunque parezca mínimo, para así dejar sitio a lo bueno, a lo mágico. Sería algo así como barrer los "chacras" (odio esta jerga) de mierdas para que lo bueno circule a sus anchas. La inspiración también puede ser mala: ¿por qué nadie habla de cuando la inspiración es mala, y lo sabes, pero al mismo tiempo sabes que la única manera de librarte de ella es dejándola salir?
La exposición termina con la serie de Andrew Los 7 pecados capitalesrepresentados con gaviotas. Nunca había visto una representación más aterradora del pecado. Con humanos siempre parece haber una excusa, siempre es fácil decir que el pintor está exagerando, que no es para tanto, que las cosas están caricaturizadas. Con las gaviotas los pecados están reducidos a su esencia, a su expresión más básica. No hay excusa ni justificación paraellos, ni lugar donde esconderse. Es algo aterrador, impactante, hipnótico y, desde luego, magistral. Una genialidad.
Vuelvo sobre mis pasos. Saco mi cuaderno. Empiezo apuntando nombres y datos y termino sentándome en un banco para escribir torrencialmente sobre todo lo que acabo de ver, lo que acabo de pensar y lo que acabo de sentir. Hay exposiciones en las que te quedarías a vivir.