Revista Opinión

Angelo Reyes, un drama filipino

Publicado el 22 febrero 2011 por Tiburciosamsa
Angelo Reyes, un drama filipino

Angelo y Gloria en tiempos mas felices

En un país que ha tenido presidentes de la talla de Joseph Estrada, tiene mérito ser considerado como el Presidente más impopular y corrupto de las últimas décadas. Ese honor le ha correspondido a la ex-Presidenta Gloria Macapagal-Arroyo (GMA). Cierto que la corrupción es algo que no suele hacerse en soledad, como las pajillas, sino que se parece más a una orgía: hace falta bastante gente. Uno de los que se ha rumoreado que podría haber participado en esas orgías de corrupción es el ex-Jefe de las Fuerzas Armadas Angelo Reyes.

GMA llegó a ser GMA gracias a Angelo Reyes. El 16 de enero de 2001 tuvieron lugar en Manila manifestaciones masivas pidiendo la dimisión del Presidente Estrada por corrupción. Estrada se atrincheró en el Palacio presidencial de Malacañang y se aprestó para resistir todas las voces que pedían su dimisión. El 19 de enero se rindió, justo después de haber hablado con el Jefe del Estado Mayor de las FFAA, el General Angelo Reyes, quien le dijo que el Ejército le retiraba su apoyo. Reconozco que para estos cambios tan hábiles de chaqueta hay que valer y Reyes valía mucho. GMA así lo entendió y en marzo le nombró Secretario de Defensa.

Olfatear la atmósfera para ver los cambios políticos que se avecinan no debe de dejar mucho tiempo para otras tareas como enterarse de lo que ocurre en tu negociado. En julio de 2003 un grupo de soldados se amotinaron en Makati en protesta, entre otras cosas, por la corrupción en las FFAA. Hubo más interés en procesar a los responsables del motín que en indagar si sus protestas tenían fundamento. Por si acaso Angelo Reyes huyó de la quema: en septiembre de ese año se convirtió en Embajador en misión especial contra el terrorismo, y en los meses siguientes iría asumiendo funciones en la lucha contra los secuestros y contra el contrabando.

Por cierto, algo de razón tendrían los soldados que se amotinaron. El 19 de diciembre de 2003 las autoridades de Inmigración de EEUU pillaron al General Carlos F. García intentando introducir por el aeropuerto de San Francisco la cantidad de 100.000 dólares, que no había declarado. El Comandante en Jefe de las FFAA, Narciso Abaya, le dijo que eso estaba muy mal y que no se repitiera y le cambió de destino. Pero se le olvidó ordenar una investigación para saber cómo con el sueldo de general se pueden hacer esos ahorrillos cuando su sueldo oficial eran unos pobres 600 dólares. Es que el General García había sido muy hormiguita: en septiembre de 2004 las Aduanas norteamericanas y el FBI comunicaron a Filipinas las cantidades que creían que García había introducido en EEUU entre 1993 y 2003: en torno a millón y medio de dólares.

En julio de 2004 Angelo Reyes fue nombrado Secretario de Interior y Gobierno Local y Presidente concurrente de la Comisión de la Policía Nacional. A GMA le vino muy bien que Angelo ocupase ese puesto cuando un año después estalló el escándalo de “Hello Garci”.

Las elecciones presidenciales de 2004 habían sido muy contestadas y hubo rumores de que había habido fraude y que el verdadero vencedor había sido Fernando Poe Jr. En junio de 2005 salieron a la luz unas grabaciones telefónicas con las conversaciones que GMA había mantenido con el Comisario Electoral Virgilio Garcillano durante el recuento de votos. Las conversaciones podían interpretarse como la expresión de nerviosismo de una Presidenta que no quiere perder la silla o como la presión de una Presidenta que quiere que la Comisión Electoral la declare ganadora de las elecciones sí o sí. Muchos filipinos eligieron interpretarlas de la segunda manera. Hubo un gran clamor popular porque GMA dimitiera y hubo 48 horas claves durante las cuales su presidencia se tambaleó. Según un sondeo, el 61% de los filipinos querían que se fuera. Por suerte para ella, entre el 39% restante de filipinos se encontraban Angelo Reyes y el Director de la Policía filipina Arturo Lomibao. Aunque no fuera tan clave como en 2001, también en 2005 el posicionamiento adoptado por Angelo se reveló vital para la supervivencia del Presidente a cargo.

En 2006 Angelo paso a ser Secretarío de Estado de Medio Ambiente y en 2007 de Energía. Poco me parece para un hombre que había prestado su apoyo a Gloria en momentos clave y que, como casi todos en esa Administración, terminó teñido por los escándalos que hubo. Un ejemplo de lo bajo que se cotizaban sus acciones al final de la Administración de GMA es que se iba a presentar como congresista por el partido 1-UTAK y el partido decidió excluirle de sus listas.

Tras la salida de GMA del poder el verano pasado, ha habido en Filipinas un gran clamor por empezar a destapar todo el lodazal de corrupción que hubo durante su Administración y uno de los objetivos más evidentes han sido las Fuerzas Armadas.

A finales de enero, el ex-Teniente Coronel George Rabusa, que había trabajado en temas presupuestarios de la FFAA, testificó que cuando dejó las FFAA, Angelo Reyes recibió un regalito de despedida equivalente a algo más de un millón de dólares. A ese regalito habría que sumarle unos 100.000 dólares mensuales que habría estado recibiendo de un fondo especial, mientras fue Jefe del Estado Mayor de las FFAA. Reyes negó haber recibido esas cantidades o más bien dijo que no se acordaba de haberlos recibido y es que la memoria es muy traicionera y la amnesia selectiva muy insidiosa. No parece que resultara muy convincente. El senador Antonio Trillanes IV, que es un antiguo oficial de la Armada, le recomendó que se fuese buscando un buen abogado.

Once días después del testimonio de Rabusa, el pasado 8 de febrero, Angelo Reyes fue con dos de sus hijos al cementerio donde están enterrados sus padres. Una vez que hubieron llegado y visitado las tumbas, pidió a sus hijos y a su guardaespaldas que se adelantasen y le esperasen en el coche. Delante de la tumba de su madre se pegó un tiro en el corazón. Sólo un filipino podía ser así de dramático.

Dos días antes del suicidio concedió una entrevista que vendría a ser su testamento y en la que demostró, por si hubiera dudas, lo mucho que les gusta a los filipinos hablar. En esa entrevista habló mucho del honor y de que él decía la verdad. Alude vagamente a que lo que le ha sucedido podría estar relacionado con enemistades que se hizo cuando se puso de lado de GMA y facilitó la caída de Estrada. “Me uní a EDSA II [las manifestaciones que acabaron con la presidencia de Estrada] con gran riesgo. Viniendo de un lugar que estaba elevado y era cómodo. Sin importarme compensaciones, o reconocimiento, o recompensas, pensé en lo que hice: ser leal a la Bandera y poner el interés nacional por encima de todo lo demás…” Me gustaría creerle, pero mi lectura de lo que hizo entonces es distinta: se cambió de bando en el último momento, cuando entendió que Estrada estaba derrotado y que esperar un minuto más en cambiarse de chaqueta le arrastraría a él también. También dice que hubiera podido abandonar a GMA, pero que “no quería ser tachado de alguien que abandonaba a sus superiores.” Estrada se habrá dicho que ya hubiera podido pensarlo en 2001. La pregunta clave sería: ¿estaban los enemigos de GMA dispuesto a acogerle con los brazos abiertos, después de todo lo que se había significado en su defensa? A veces la lealtad no es más que la imposibilidad de cambiar de equipo cuando el partido ya va por el segundo tiempo. El resumen de la entrevista, que no habría desagradado a un Lope de Vega, fue: “Vivir la vida sin honor es una tragedia mayor que la misma muerte.”

Si Reyes demostró que los filipinos son los reyes del drama, los medios de comunicación filipinos no le han ido a la zaga. ABS-CBN relatando cómo fue su funeral encabeza la noticia: “Angie Reyes recibe honores especiales, apropiados para un héroe.” Y para que se vea que no es una exageración, transcribo algunas de sus partes: “El pesar llenaba el aire mientras su familia, encabezada por su esposa Teresita, estaba rodeada por la ex-Presidenta y ahora parlamentaria por Pampanga, Gloria Macapagal Arroyo, el Secretario de Defensa Voltaire Gazmin, los ex-Jefes de las FFAA Dionisio Santiago, Generoso Senga y Hermogenes Esperon, entre otros. Un saludo de diecinueve salvas apropiado para un héroe caído recibió su cortejo funeral alrededor de las 11, seguido por una marcha regada por pétalos roos y blancos de rosas lanzados por un helicóptero de las FFAA. Generales de las FFAA de Filipinas llevaron el féretro…” Si éstas son las honras fúnebres por un ex-General tachado de corrupción, no quiero ni imaginarme cómo seran las de un General honesto ( que sí, que alguno tiene que haber en el Ejército filipino).

Un grupo de ex-miembros del Gobierno y ex-funcionarios saltaron a la palestra con una declaración enjundiosa: “La corrupción mató al General Angelo Reyes”. Yo habría dicho que había sido una pistola…

Y finalmente un titular que uno sólo puede encontrarse en Filipinas: “¿Adónde irá el alma de Angelo Reyes tras el suicidio?” El Obispo Oscar Cruz especula que si Reyes se arrepintió y pidió perdón a Dios instantes antes de apretar el gatillo su alma podría estar ahora en el cielo. Hombre, digo yo que si se hubiera arrepentido segundos antes, no lo habría apretado para empezar. Además, que no estaría muy arrepentido, cuando sus últimas palabras fueron “Apartate”, que dirigió a su guardaespaldas, que intentó evitarlo. Pero el Dios de los filipinos es un Dios tan misericordioso como los parlamentarios filipinos cada vez que tienen que juzgar a uno de sus pares por corrupción. Cruz señaló que bastaría con que Reyes hubiera pensado en Dios un solo instante antes de morir para que Dios le hubiese perdonado pues “ningún pecado, ningún crimen, por odioso que sea, puede consumir la bondad y el perdón de Dios.”

Siempre he pensado que Filipinas es el mejor lugar del mundo para vivir y ahora descubro que también lo es para morir: te absuelven de las sospechas, te dan un funeral de héroe y se preocupan por la salvación de tu alma.


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