Imagen tomada de aquí
Cuidado con los cristales restaurados. Si los fragmentos no se encajan debidamente en su sitio, pueden jugarnos malas pasadas.
"Puede ocurrir que te mires al espejo del cuarto de
baño y descubras delante de ti a otra persona que se está aseando con tu
cepillo y tu pasta fluorada y te enseña los dientes. O que te acerques a la
ventana un día radiante de verano y compruebes que al otro lado del
cristal está nevando o hace un viento
horrible. O que detrás del escaparate de una tienda haya un maniquí haciéndote
un gesto obsceno con el índice de una mano hacia arriba. O
que en el documental de la tele, en vez de bellas imágenes sobre gaviotas buscando
su ración de porquería en las costas de Ítaca, aparezca la verdadera
programación basura con todos sus hediondos y repugnantes gusanos reales.
Entonces y solo entonces debes coger un martillo y hacer trizas, de una vez por
todas, el maldito cristal del televisor."
Fragmento de un capítulo de "Desde el laberinto".
Un libro publicado tan solo en papel. No disponible en librerías.
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