Post colaborador a cargo de la Lic. en Psicología Valeria Reyno
Una gran cantidad de pacientes llegan al consultorio “frustrados y deprimidos” porque sienten que se les fue la vida, reclamando por todos los sueños que han postergado.Otros en el proceso se van dando cuenta que están “tristes y aburridos” de la rutina, que tienen ganas de vivir pero que no se animan.Otros descubren la necesidad que tienen de hacer cambios en su vida y el miedo que esto les genera. ¿Te pasó esto alguna vez?
El primer paso es soñar…Debés empezar a imaginar lo que te gustaría, a pensar a dónde querés llegar, a soñar con los que te gustaría ser y hacer. Por delante tenés un abanico de posibilidades, es hora de caminar hacia el futuro.
¡Trabajar para alcanzarlo!Al tener clara la meta es importante poder analizarla, “desmenuzarla” en sub-metas.A continuación deberás elaborar y planificar una estrategia, fijándote plazos para alcanzar las sub-metas. Finalmente, es momento de mirarte a ti mismo para encontrar tu energía y dirigirla a estos objetivos, y así, tomar la iniciativa de pasar a la acción.Ninguna de estas instancias es fácil, y siempre hay riesgo de quedarse por el camino.
Para entender esto un poco mejor debemos aclarar algunos conceptos:· Zona de confort: Es nuestra zona conocida. Implica lo que ya sabemos hacer, nuestras rutinas y costumbres, nuestro día a día. Se la conoce también como zona cómoda, en el sentido que se corresponde con lo que ya estás adaptado a llevar adelante. No necesariamente implica cosas que te gustan, en esta zona hay problemas y dificultades, pero que ya sabés cómo resolver o sobrellevar. Esta zona incluye tus habilidades y conocimientos, y emociones conocidas. Por ej. “Dejaste los pañales”, “Sabés hacer la cama”, “Ya terminaste el liceo”, “Aprendiste a manejar”, “Sabés cómo resolver problemas en el trabajo”.
· Zona de aprendizaje: ¡No hay mejor nombre para esta zona! Es la que implica planificar, experimentar y aprender. En esta zona es que escuchás al otro y podés conocer otros puntos de vista. Probás cosas nuevas (ej. una receta, un idioma, una nueva forma de hacer algo). ¡Es la zona para ensayar! Practicás hasta que aprendes, y adquirís nuevos conocimientos y hábitos. ¡Es la zona para crear! Cuando te dejás fluir y te expresás, con música, pintura, etc. A muchas personas esto de experimentar y aprender las asusta, porque están acostumbradas a lo conocido, porque sienten que ya están grandes para eso, porque no creen que puedan aprender nada nuevo, porque les parece una pérdida de tiempo… y por estas, o muchas otras razones, se mueven solamente dentro de su zona de confort, ya que, en definitiva, salir de ella les da miedo.
· Zona desconocida: Es en donde no sabés lo que puede pasar. Es una zona de mucho riesgo: “¿Y si me sale mal?”, “¿Y si fracaso?”. Y es una zona de posibilidades: “¿Y si lo consigo?”, “¿Y si me sale bien?”. Pero es NORMAL tener miedo, verlo muy lejos, sentir que es muy difícil.
Un pensamiento muy común es creer que si vas a la zona desconocida tu zona de confort va a desaparecer, y que no hay vuelta a atrás. ¡Esto no es así! Lo que en realidad pasa es que la zona conocida se amplía a medida que adquirís nuevos conocimientos y habilidades. La zona conocida se expande con cada experiencia.
¡Animate!Si te quedás cómodo en tu zona de confort, la vida se te pasa, te estás perdiendo de experiencias nuevas, de conocer y aprender. Avanzar implica cambios, y cambiar quiere decir nacer a cosas nuevas, desarrollarnos. Algunas cosas quedan atrás, pero son las que NO estás necesitando ahora, o las que ya no te sirven. Y si las llegás a necesitar ¡podés volver por ellas!En lugar de pensar que vas a perder lo que tenés, debés comprender que vas a enriquecerlo.
Cambiar asusta “…Te has creado una especie de burbuja de bienestar, a tu modo. El miedo aparecerá cuando veas peligrar dicha burbuja, es decir, cuando creas que va a producirse un cambio que pueda desestabilizar tu seguridad”, C. Molina.Salir de tu zona de confort e ir a la zona de aprendizaje da miedo, más aún moverte a la zona desconocida. Pero estos cambios son necesarios para alcanzar tus sueños, porque si estuvieran disponibles en tu zona de confort ya los hubieras cumplido.
Ante una situación nueva, y por ello desconocida, debés primero examinarla y evaluar tus recursos para hacerle frente. El miedo surge cuando dudás si podés enfrentarla y resolverla; entonces cambiar se vuelve una amenaza y decidís quedarte en tu zona de confort. El miedo no es solamente a probar cosas nuevas, sino que en estos intentos se teme equivocarse o pasar vergüenza.
¿Qué hago?Primero entender que huir o no hacer nada, no soluciona el problema.Muy importante es entender que el miedo es una alerta que no se puede tomar a la ligera; te muestra que algo puede ser peligroso, que aún no estás preparado. Por ello, debés tomarte el tiempo de conocerte, de reconocer tus fortalezas y debilidades.Cuando algo te da miedo no es siempre conveniente arremeter contra la situación amenazante, a veces “más vale maña que fuerza”. Al saber con qué recursos (habilidades, conocimientos) contás, podés elaborar una estrategia y entrenarte, como cuando vas al gimnasio. Esto te dará seguridad en tus decisiones y acciones para poder afrontar esos “molinos de viento”.
Luego de tener la estrategia es hora de pasar a la acción. Hay mucha gente que se queda en la planificación y así se le escapasu sueño.
¿Y si no lo logro?Algunos intentos son fallidos, lo que es esperable. ¡Sos humano! Pero de toda experiencia se aprende. La vida es desierto y oasis, dicen los poetas. Si esto te hace sentir vulnerable, lo más adecuado es volver a la zona de confort en busca de experiencias anteriores que te ayuden, apoyo de otros, una revisión de tus recursos y estrategias para volver a intentarlo.
Pensar en tu sueño, el porqué y el para qué de este, es lo que te dará la energía para seguir adelante. ¡No te rindas!