Si hay algo de lo que no tengo duda, es que tanto la artista Anna Barlow como quien les escribe, tenemos una desmesurada fascinación por los helados. En el caso de Anna, materializa su fascinación en forma de arte con estas maravillosas esculturas en cerámica. En mi caso, lo hago con una boca como una cascada.
Anna Barlow logra una exquisita perfección en las texturas, brillos y colores, que cuesta creer que se trate de una cerámica y dejar de pensar en la irresistible tentación de pasarle la lengua.
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