Hay películas que tienen algo especial y que llegan al espectador de manera natural y sin artificio, porque sus actores hablan con la palabra pero también saben hacerlo con la mirada…. e incluso con el corazón, porque su puesta en escena es sencilla y fresca, porque crean un entorno cercano que invita a la confidencia. “Antes del amanecer” (Before Sunrise, 1995) es una de ellas, y para mostrarlo elijo dos secuencias en las que sus protagonistas se dicen “te quiero” sin pronunciar siquiera esas palabras. Jesse y Celine se han conocido en el tren y han comenzado a hablar de lo humano y lo divino, de sus temores y deseos, de la vida y la muerte… para hacer terminar haciendo una parada en Viena y descubrir la ciudad, a la vez que se conocen un poco más y comienzan a quererse.
En un momento de su deambular por las calles de la ciudad del Danubio, entran en una tienda de discos y escuchan juntos una canción. Los propios auriculares hacen que comiencen a tener ya algo en común, pero la intimidad no llega por eso ni por las reducidas dimensiones de la cabina sino por el afecto sincero que ha surgido de forma imprevista entre ellos. Hay complicidad en unas miradas que tratan de evitarse para que el otro no descubra que se contemplan, mientras los nerviosos movimientos de cabeza y las sonrisas casi adolescentes son exponentes de las paradojas del amor, y el rubor delata un pensamiento que no está precisamente en la música sino en lo que el otro pueda sentir. Hay timidez y delicadeza en ese cruce de miradas, y el enamoramiento hace que los ojos y los corazones sean quienes hablen porque los labios permanecen sellados durante toda la secuencia.
Avanzada la película, la pareja tendrá otra ocasión de manifestarse su amor, y en esta ocasión la palabra será el cauce elegido. Sin embargo, tampoco entonces hay una declaración formal y directa… sino que el director Richard Linklater prefiere adoptar el rodeo propio del galanteo y de la seducción romántica. La secuencia se desarrolla en el restaurante y se canaliza a través de una supuesta conversación telefónica con un tercero, amigo de él y de ella respectivamente. El fuera de campo juega aquí su baza, y el diálogo se enriquece con la sintonía y felicidad que reflejan sus alegres y risueños rostros. Todo es evidente y manifiesto, pero ese mundo interior de afectos se pone en escena de manera pudorosa e indirecta, como si les diera un poco de vergüenza enseñarlo abiertamente o como si temiesen que se esfumase de pronto o recoger una negativa del otro.
Amor a primera vista, acercamiento entre el temor y la curiosidad de lo novedoso, y una paulatina apertura al otro para mostrarle los secretos del corazón… que deberán madurar hasta el siguiente encuentro dentro de seis meses. Pero eso será ya otra historia que se podrá verse “Antes del atardecer”, con nuevas secuencias en París y con dos grandes actores -Ethan Hawke y Julie Delpy- que ya ha habían hecho buenas migas en Viena, y a los que diez años no habrán hecho sino contribuir a un enriquecimiento del amor que el espectador tenía a sus personajes.
En las imágenes: Fotogramas de “Antes del amanecer” – © 1995 Warner Bros. Pictures International, Warner Independent Pictures, Castle Rock Entertainment y Detour Film. Distribuida en España por Warner Sogefilms. Todos los derechos reservados.
Publicado el 9 febrero, 2012 | Categoría: 8/10, Años 90, Opinión, Romance, Secuencias, USA independiente
Etiquetas: amor, Antes del amanecer, Antes del atardecer, Ethan Hawke, Julie Delpy, Richard Linklater