En esta entrevista, además de su interés periodístico, puede apreciarse la realidad laboral de los corresponsales de prensa que fuimos. Como se ve, nada nuevo bajo el sol.
Antonio Salmoral
Triunfó la vergüenza profesional
Entrevistar en estos días a Antonio Salmoral, corresponsal en Córdoba de RTVE, sería una odisea periodística si Antonio no fuese el buen compañero que es: "Tú sabes que Córdoba y los compañeros sois lo primero para mí". Porque han sido docenas las entrevistas que le han hecho, y esta misma de EL PREGONERO fue realizada a caballo entre una vuelta del Centro regional de Sevilla y otra nueva entrevista para un medio nacional. El motivo superconocido: Salmoral tiene el vídeo más impresionante de la historia del toreo: la agonía a todo color de Paquirri en la enfermería de la plaza de Pozoblanco, tras la herida de muerte producida por Avispado.
Antonio Salmoral pertenece a esa curiosa estirpe de los corresponsales de prensa, unos hombres que trabajan por libre, olfateando la noticia y luchando con el medio al que sirven, en este caso el Centro Regional en Sevilla, para que el fruto de su trabajo se publique, se emita. El que Córdoba salga mucho o poco en TVE no depende tanto del trabajo de este hombre "porque tú sabes que yo para asistir a todos los actos que me inviten tengo primero que consultar a TVE si le interesa o no, o si dispone de espacio. Esto es lo que pasó con la corrida: yo se la ofrecí y me dijeron que no, porque tenían varias corridas de toros que no se habían podido dar. Fíjate si a mí me interesa mandar mucho, porque ya sabes que los corresponsales cobramos por los trabajos que publicamos".
Lo cierto es que Antonio fue a Pozoblanco de manera personal, con un vídeo casero —un Thomson VHS— y captó un documento que su profesionalidad le obligó a ofrecer la primicia a TVE
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Ojalá no lo hubiera conseguido
"Hubo otros aficionados de esos que les gusta ir a las corridas de toros y grabarlas con su vídeo. Pero estos se han limitado a sacar las secuencias del toreo. A mí lo que me empujó fue mi profesionalidad a no contentarme con la cogida, porque cogidas y revolcones hay filmados miles, sino que me fui a la enfermería y conseguí el paso a ella y sacar esas secuencias que han dado literalmente la vuelta al mundo y que recogen, en palabras de muchos médicos que las han visto, esos ojos, esa mirada de Paquirri que ya enseñan la muerte del torero". Antonio Salmoral se enteró de la muerte de Paquirri en Cerro Muriano. "En ese momento me quedé aturdido, no sentí nada, sino que llegué a casa para ver el vídeo, y fue entonces cuando realmente me di cuenta de lo que tenía. Cada vez que lo veía me impresionaba más. Estuve desde las tres de la madrugada hasta las ocho en que me fui a Sevilla, para llevarlo, viéndolo a duras penas porque fueron multitud de llamadas las que recibí recabando información sobre lo ocurrido".
La parte humana de Antonio Salmoral surge cuando afirma vehementemente que "entre los miles y miles de reportajes que llevo hechos en los 22 años que hace que trabajo para TV, este me ha puesto en candelera, y todo el mundo me felicita, pero yo te digo la verdad yo lo cambiaría todo porque este reportaje no lo hubiera conseguido yo, ni nadie, porque no se hubiera producido la tragedia".
Aún no sé qué haré con el vídeo completo
Tras la profesionalidad y la humanidad de Salmoral, queda el fruto de un trabajo, porque "de la media hora que estuvo Paquirri en la enfermería de Pozoblanco, yo estuve dentro un cuarto de hora largo. Todo ese tiempo lo estuve grabando y a TVE yo le di unas secuencias. Lógicamente tengo mucho más grabado". El destino de esas imágenes, de esa exclusiva personal, "aún no lo sé cuál va a ser. Me han hecho muchas ofertas, pero aún no me he decidido porque hoy mismo leo en la prensa que una casa de vídeo de Madrid ya está lanzando vídeos de Paquirri, que supongo que serán de faenas anteriores y que no creo que tengan secuencias de lo mío porque yo no he autorizado a nadie a utilizarlas".
Un vídeo valioso del que precisamente Antonio ha sacado copias "y que no tengo en casa por seguridad, y cuyo destino ya decidiré cuando se calmen las aguas".
Eladio Osuna
Publicado en el número 18 de El Pregonero correspondiente al 5 al 19 de octubre de 1984