He pasado el fin de semana fuera, sin tiempo para enterarme de nada, así que ha sido una verdadera conmoción encender la tele esta mañana y, sin haber empezado los cereales, enterarme de la muerte del grandísimo Dennis Hopper. Me ha impactado, la verdad. Hace sólo unos días leía en la Rolling Stone que compró el cuadro de Warhol de Sopas Campbell por sólo 75 euros, y ahora todas las noticias hablan de su fallecimiento. Se va un grande, ¿no estáis de acuerdo?
Esta noche cambiaré los cereales por algo más sustancioso, y que engorde (tiene que engordar) para ver de nuevo Easy Rider y encontrarle sobre su moto, con gafas y sombrero. Seguro que se me vuelven a poner los pelos de punta en cuanto suene la guitarra de Born to be wild.
Que la canción sirva de despedida.