Aprender disfrutando

En todos estos años que llevo dándole vueltas a esto de la efectividad he experimentado mucho, ha sido, y está siendo, un camino lleno de descubrimientos, y no es raro que, a causa de esto, haya cambiado de opinión respecto a algunas cosas. A veces leo algunos de mis primeros posts, y os confieso que me ruboriza un poco ver lo que escribí.

Siempre lo he dicho, el blog es una de mis herramientas principales de aprendizaje, por lo tanto, que denote evolución, para mí, es un buen indicador.

En cualquier ámbito de mi vida, nunca me ha dado pereza admitir que estaba equivocado, o que podía haberlo hecho mejor, considero que es una muestra de integridad. De hecho, y esta es otra confesión muy íntima, cuando me toca rectificar, incluso estoy contento, porque significa que he aprendido algo. En definitiva, he evolucionado.

Por todo esto, escribir el blog siempre me ha divertido. Aprender disfrutando. Aunque, últimamente, darle al botón «publicar post» en el WordPress, me da un poco de pereza.

En este mundo donde donde la réplica es tan fácil y exenta de pudor, me inquieta observar según qué cosas. Desde debates infinitos y estériles, por lo poco que aportan y lo mucho que consumen, a críticas con escaso fundamento. Verme expuesto a todo esto me da pereza. Me da miedo cansarme. Y es que si la crítica suma, me divierte, pero si resta, me cansa. Porque me parece que hay bastante crítica con el único propósito de ganar posicionamiento en este universo digital, y mucha menos con la intención de aportar valor real.

Una vez me enseñaron que si alguien se fija en el de «al lado» para fundamentar sus argumentos, es que está inseguro con su propuesta, algún vacío tiene, y no puede llenarlo con elementos propios.

Por eso dedico toda mi energía en centrarme en lo mío y procurar siempre aportar valor «per se», y además hacerlo con rigor. Esta es mi fórmula para seguir divirtiéndome.

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