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Aprendizaje social: aprender observando

Por Somospsico

 Aprendizaje social: aprender observando

Quizá te hayas parado a pensar en que gran parte de las cosas que hacemos en nuestra vida están guiadas por un “análisis previo” de las actuaciones de los demás. Así, por ejemplo, nos decidimos a cruzar la calle cuando otros la cruzan, cuchicheamos en una charla si otros lo hacen o nos quedamos hasta tarde en un bar sólo porque los demás se quedan.

Para comprender por qué sucede esto, hemos de hacer referencia a un concepto ya mencionado en su día por el psicólogo Albert Bandura: el aprendizaje social. Lo que este término quiere decir es que los humanos aprendemos por pura imitación, es decir, atendiendo a las consecuencias que tienen para los demás sus conductas.

De esta manera, por ejemplo, si observamos que a alguien se le trata mejor sólo por tener un determinado coche, no es de extrañar que se nos antoje comprárnoslo. O bien, es posible que evitemos conducir habiendo bebido alcohol puesto que alguien cercano a nosotros tuvo un accidente por esa razón.

Aquí también podríamos englobar los típicos casos de los niños que dicen palabrotas porque a sus compañeros les ríen las gracias cuando las dicen, o incluso a los padres que buscan en otros padres la forma de educar a sus hijos.

A pesar de que esta teoría cobró especial relevancia a partir de mediados del siglo XX, numerosos estudios han demostrado que no siempre ocurre así, y que existen otras formas igualmente válidas de aprendizaje.

Por mencionar una de ellas, parece que la propia historia personal del individuo en función de las consecuencias directas de sus actos (condicionamiento operante), cobra una mayor fuerza como predictor de comportamientos futuros.

En resumen, sea cual sea nuestra forma de relacionarnos con el mundo, parece claro que tanto observar a los demás como observarnos a nosotros mismos resultan aspectos esenciales para nuestro adecuado desarrollo personal.


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