Partiendo de que a Alberto Rodway le tendríamos que llamar ya Don Alberto, ya que me parece el Iniesta de nuestro pop más reciente, por como dribla las palabras y como integra el humor en sus composiciones con elegancía pero con mordacidad y efectividad. Casi Lo Mismo De Siempre impacta de entrada por esa gamberra portada, aunque no sea nada que no hayamos dibujado alguno de nosotros alguna vez (o los de Supersalidos), y arranca con una entrada funkoide a la que titulan Introducción Innecesaria, aunque no estemos demasiado de acuerdo en esa sentencia.
La intro nos sirve de introducción para acceder a Balada De Villa Destrucción, un tema casi filosófico, en el que tanto produce una brutal empatía ("no comprendo qué me pasa cuando tengo que salir, prefiero quedarme en casa. Siempre he sido un poco huraño, meme interesa la gente y quisiera estar callado casi indefinidamente") como regala ostias de realidad ("¿Dónde quedan las promesas y los coches voladores?. Son mentiras de poetas y telepredicadores"); a la que siguen esa lúcida reflexión interna que es Estaba Sobrio Cuando Lo Hice; y la temerosa y realista para muchos como servidor Completamente Innecesaria.
Me atreveré a decir que con Toallas Viejas De Hostal consiguen su Un Buen Día particular, una historia casi a modo fotográfico con la que sentirse identificado e incluso emocionarse; que veo amor del de verdad en El Ruido Nunca Inquieta; y que volviendo a Los Planetas (es casualidad, lo juro), han dado el punto de vidilla (y su visión sobre la banda en la actualidad) que le faltaba a Que No Sea Kang, Por Favor (Versión Comentada), una canción ya de por sí tremenda.
Espero y deseo que haya muchas, y muchas, y muchas más canciones de Que Bailen Los Demás (y en su defecto de Detergente Líquido), ya que creo que a falta de Astrud, y como ya dije en la reseña del disco de Gente Joven, estamos ante un autor de lo más necesario, que habla de problemas y situaciones reales, lo hace haciéndonos sonreir, y solamente por esto ya merecería nuestra rendida admiración. Nosotros bailaremos siempre...