Transcurrió casi en su totalidad la primera jornada del torneo Inicial y bastante por encima del golpe de autoridad y presencia dado por Arsenal y el primer aviso enviado por el renovado y juvenil Vélez conducido por Ricardo Gareca, lo destacable y llamativo que la misma nos dejó como saldo fue que de los cinco grandes el único en ganar fue el que más complicaciones había atravesado para rearmarse y por lógica consecuencia peor llegaba.
El club apuntado no es otro que San Lorenzo, que más allá de cuestiones puramente futbolísticas realizaba su estreno ante San Martín de San Juan, el mismo rival ante el cual esquivó el descenso directo en el marco de la inolvidable última jornada del pasado Clausura, tras semanas de conflictos que derivaron en la bochornosa salida del gobierno encabezado por Carlos Abdo y la posterior acefalía que en medio de la polémica generada en torno a la frustrada candidatura de Marcelo Tinelli ha propiciado un llamado a elecciones para el próximo 1 de septiembre.
El daño que todo esto causó dotó de incertidumbre el futuro político e institucional del club y como era de esperarse también afectó al Ricardo Caruso Lombardi, quien vio partir a muchos de los componentes del equipo y en momentos en los que por propias gestiones suyas solo había sumado a Matías Diaz y Augusto Alvarez se vio obligado a pedir la suspensión del amistoso invernal ante Huracán, finalmente disputado días más tarde de lo previsto.”Tengo tres o cuatro titulares, nada más”, dijo el entrenador en su momento.
No obstante, los días transcurrieron y todo comenzó a cambiar de la mano de buenas noticias, generadas gracias a gestiones del propio Tinelli, quien asumirá como vocal en caso de que triunfe la lista que según parece encabezará su amigo Matias Lammens, que hicieron posible los arribos de Juan Mercier, Franco Jara -autor del segundo gol ante el elenco sanjuanino- y Denis Stracqualursi, tres futbolistas capaces de darle al once azulgrana un salto mayor de calidad.
Bajo este marco de mayor optimismo llegó el momento de la presentación, que amén de un rendimiento colectivo que por desbarajustes propios de jugadores que recién se conocen y aún intentan potenciarse y viejos lastres de un planteo conservador y en cierto punto hasta contraproducente de Caruso dejó como saldo positivo el hecho de haber iniciado este nuevo camino sumando los primeros tres puntos.
Como quedo dicho, lo preocupante fueron las formas, ligadas a la falta de fútbol y a la incomprensible idea de cederle la inicativa al rival, aún jugando en condición de local, especulando con un error o un contragolpe que se inicie con un envío largo que además de emplearse como único recurso conspira contra lo que pueda producir Leandro Romagnoli, quien a pesar de esto y de actuar en un sector del campo en el que se ve obligado a realizar un desgaste innecesario se erigió en figura excluyente del encuentro, al cual abasteció de momentos de realce mediante pinceladas sublimes.
La pauta la terminó marcando el sufrimiento del final, en el que ya sin Romagnoli en cancha San Lorenzo debió sobreponerse a instantes de angustia producto de un avance entusiasta de San Martín, que sin suerte fue en busca del empate por el que se esforzó asumiendo el mando de las acciones y dando cuenta de ese buen juego que intenta producir, con más y menos vaivenes, desde que Facundo Sava esta al mando.
Mas allá de todo lo mencionado, lo revelador es lo señalado al inicio. River, Boca, Independiente y Racing, estos dos últimos tras armarse muy bien, no pudieron ganar. San Lorenzo, pese a todos lor problemas que arrastra, si. Los improbables no existen, menos aún en nuestro fútbol.
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