Revista Cultura y Ocio

Aquí no hay nada para ti, mujer normal

Publicado el 16 febrero 2021 por Molinos @molinos1282

Aquí  no hay nada para ti, mujer normal

Soy muy fan de Celeste Barber

"Ana, ¿no tienes ningún pantalón negro decente? No, ese no vale. Te está fatal. De hecho, tíralo". 

Mi hermana se enfrentó la semana pasada a mi armario con muchísimo interés. A pesar de su ímpetu, salió desfondada y muy desmoralizada. Con la ropa que tengo es complicado sacar algún conjunto decente. Sintiéndome culpable por haber derrotado a mi hermana en su intento de hacerme estilosa, llevo dos días navegando las rebajas de Zara y Mango para intentar comprarme unos pantalones negros y un par de camisas. Odio ir de compras, siempre lo he odiado, desde que ni me atrevía a decirle a mi madre que quería unos vaqueros nevados y ella me acababa convenciendo para comprarme un traje de chaqueta amarillo con botones dorados hasta el momento de ir con mis hijas adolescentes y en el pasillo de los probadores fantasear con una vida de soltería sin descendencia. No me gusta la ropa ni ir de compras. Dicho esto, ir de compras online es bastante más llevadero pero igual de frustrante. 

Vamos a ver, Sr. Amancio Ortega, Consejo de Administración de Inditex, Director General de Zara y de Mango, jefes de línea de producto, responsables de marca, de marketing, comerciales y fotógrafos ¿Juntáis entre todos un cerebro? Uno que funcione, no uno decorativo. ¿De verdad que en una empresa con miles de trabajadores y muchos responsables muy listos a nadie se le ha ocurrido que si la gente está comprando mayoritariamente online necesita saber, por lo menos aproximadamente, como le quedaría la ropa? Ni una sola de las modelos que he estado viendo en estas dos webs pesa más de 50 kg. Ni una sola  mide menos de 1,70. Ni una sola tiene una talla de pecho mayor de la 85B. Eso sí, por algún misterioso proceso evolutivo, todas tienen un 40 de pie. 

Estaba acostumbrada a ir a Zara, mirar vaqueros y sacar de la mesa de "jeans de mujer" una talla 32 que es algo que básicamente le sirve a las patas de las sillas de mi comedor. Si tienes algo más que huesos y tendones es imposible que eso te entre. Ayer vi a una influencer en IG, decir que para saber si unos vaqueros te sirven sin probártelos lo que tienes que hacer es rodearte el cuello con la cinturilla y si te abrochan es que te están perfectos. Lo sé, yo sigo estupefacta con semejante dato. Bien, pues según esta teoría tan científica, si te valen esos vaqueros de la talla 32 es imposible que en la garganta te quepan las cuerdas vocales, la faringe y el esófago. 

Pero bueno, yo iba a Zara, como el que en una peli francesa en blanco y negro pasea por la orilla del Sena mirando al horizonte y rozando con la mano ligeramente las ramas de los árboles... y me marchaba con la única camiseta básica L que había encontrado en toda la tienda. 

Ahora no voy de tiendas, ¡Lord Jesus, thank you! y solo quería comprarme unos putos pantalones negros decentes en rebajas. Mi loquísima idea era mirar unos cuantos, ver como quedan, hacerme a la idea y comprarlos. Un proceso sencillo, rápido e ¡ilusa de mí! pensaba que indoloro. Nada de eso. Como mido 1,60, peso 56 kg y camino normalmente sin desconyuntar la cadera, dislocarme los hombros para lucir jaboneras y sin meter tripa, no tengo manera de saber cómo me quedará la ropa. ¿Me apretará la cinturilla? ¿El largo de las perneras arrastrará por el suelo? ¿Podré meter mis tetas en esa camisa fluida tan ideal que le queda como un guante a la modelo de 1,80 completamente plana? NO LO SÉ. Es imposible saberlo. Cuando en un ataque de ingenuidad pincho en la foto, mi gozo en un pozo. Las fotos  están hechas directamente para que no veas la ropa, para que te la imagines. Son una especie de aviso: mira, mujer normal que quieres comprarte ropa, no nos molestamos en enseñarte la ropa bien porque como clienta te despreciamos así que ni te la enseñamos. Es una especia de táctica de la dependienta de Pretty Woman pero en versión online y sin ni siquiera verte la cara. No te desprecian por ordinaria, te desprecian por ser normal. (Leggins estampado animal. Si alguien consigue ver los leggins, le doy un gallifante)

Estoy hartísima, hasta el coño como dicen las chicas de Deforme Semanal, de esta mierda de marketing de las tiendas de ropa. Estoy asqueada de esa cultura de la barrera de los 50 kg es la frontera que marca la obesidad y de la lógica de "si tienes tetas, lo sentimos, haber nacido plana". A mí me da igual, tengo ya edad para pasar pero me dan arcadas de rabia y ganas de prender fuego a las barrigas de los consejeros delegados de estas empresas pensar en todas las adolescentes que se miran al espejo y solo quieren adelgazar y lloran porque jamás podrán crecer 15 cm más o deshacerse de sus, por lo visto, despreciables tetas. ¿Algún pantalón de hombre del planeta está pensando para que si tienes los huevos grandes no te entren? ¿A qué no? Es que es alucinante.  Y no, no pasa en todas las marcas, daos una vuelta por Nike online y veréis modelos de todos los tamaños.

Sois idiotas y unos catetos jefes de marketing, estilistas y directivos de moda, tenéis la misma visión de negocio que las dependientas de Pretty Woman. "Aquí no hay nada para ti. Me da igual que tengas dinero". 

Lo que me he ahorrado me lo voy a gastar en quesos y anchoas, que se cómo me sientan. Y los pantalones, que me los preste mi hermana. 


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