Revista Juvenil

Árboles de Judías, de Barbara Kingsolver - Crítica - Novedad

Por Eltiramilla

Árboles de Judías, de Barbara Kingsolver - Crítica - NovedadTítulo original: The Bean Trees
Libro independiente
Rama: viaje interior
Edición: Bridge (La Galera), 2010
Valoración: 4 sobre 5

Cuando Marietta ha ahorrado dinero suficiente para hacerse con un viejo coche de segunda mano, decide abandonar su Kentucky natal, cambiar su nombre por el de Taylor y lanzarse a la aventura de vivir. Sin embargo, todos sus planes dan un inesperado giro cuando una mujer desconocida le hace entrega de un bebé y le pide que se lo lleve de allí. Así pues, Taylor se ve obligada a cuidar de esa niña, a la que llama Turtle, y la lleva consigo hasta Arizona, donde comenzarán una nueva vida juntas.

Barbara Kingsolver nos deleita con una novela repleta de sentimientos, de reflexiones, de dudas y, sobre todo, de personajes únicos e inolvidables a la vez que totalmente diferentes entre sí: Taylor, la protagonista, una chica que abandona su hogar y empieza a vivir por sí misma; Lou Ann, la hipocondríaca compañera de piso y madre separada con ocurrencias que provocarán más de una sonrisa e incluso alguna que otra carcajada; Mattie, que ayuda desinteresadamente a los demás, o Esteban y Esperanza y sus duras y tristes circunstancias vitales. No olvidemos tampoco al personaje de Turtle, la niña de la que Taylor debe hacerse cargo, que aunque no tenga demasiadas intervenciones directas en la historia, se encuentra presente en prácticamente todas las escenas y la autora ha conseguido que el lector pueda llegar a encariñarse con ella como si de una niña real se tratara, explicando con acierto sus juegos infantiles, sus primeros intentos de comunicación, sus palabras balbuceadas… Excelentemente narrado y con un lenguaje bastante actual a pesar de haberse escrito en los años ochenta, Árboles de Judías está relatado en primera persona desde el personaje de Taylor, quien en múltiples ocasiones se dirige directamente al lector con expresiones como “te lo juro” o “créeme si te digo que”, consiguiendo una sensación de cercanía y cotidianeidad que te hará sentir que estás realmente ante ella y que se dirige especialmente a ti. Es tal la maestría con que la autora ha creado al personaje que a veces incluso creerás estar escuchando su voz. Podría decirse que el verdadero interés de esta novela reside precisamente en sus personajes, ya que en realidad, aunque nos hallamos ante un argumento bastante distinto al que solemos encontrar últimamente en la literatura juvenil, cargado de realismo, con algunos momentos verdaderamente emocionantes e incluso otros bastante duros, la historia en sí misma no avanza demasiado y, tras algunos pasajes que resultan algo lentos debido a excesivas divagaciones, nos conduce a lo que parece un final algo precipitado. Parecía que al comienzo se nos había presentado un misterio que movería toda la trama y luego resulta no ser tal, ya que no llega a resolverse del todo, sino que más bien la verdadera trama se centra en mostrarnos la supervivencia y el aprendizaje de Taylor en su nueva faceta de “madre”.
Respecto a la edición, cuenta con una cubierta encantadora y original que verdaderamente llama la atención; la maquetación interior, por su parte, resulta sencilla y elegante, a pesar de algunas erratas perdonables.

Como conclusión, he de decir que a pesar de los pequeños aspectos negativos a los que se ha hecho mención, Árboles de Judías es una lectura que realmente merece la pena y no pasará desapercibida en la memoria de los lectores. Y es que por algo se ha convertido en un clásico de la literatura moderna en Estados Unidos.


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