Hay de todo en estas acuarelas, paisajes, lirios, marinas y paisajes de secano, pero sobre todo árboles, como se acostumbra. Como llega el otoño, sacamos a relucir los cadmios y quinacridonas, toda esa gama de amarillos, anaranjados y rojizos, unos por su intensidad y brillo, aunque algo opaco y la transparencia de los dorados de quinacridona. Para el ramaje otoñal y para los atardeceres van muy bien.
Revista Arte
Todas estas acuarelas se pintaron después del 16 de octubre, fecha de la entrada anterior. De forma que he trabajado mucho, por lo que veo. No me ha afectado el virus que hemos acabado pillando después de más de dos años de encierros y precauciones. Poca cosa ha sido.
Hay de todo en estas acuarelas, paisajes, lirios, marinas y paisajes de secano, pero sobre todo árboles, como se acostumbra. Como llega el otoño, sacamos a relucir los cadmios y quinacridonas, toda esa gama de amarillos, anaranjados y rojizos, unos por su intensidad y brillo, aunque algo opaco y la transparencia de los dorados de quinacridona. Para el ramaje otoñal y para los atardeceres van muy bien.
Hay de todo en estas acuarelas, paisajes, lirios, marinas y paisajes de secano, pero sobre todo árboles, como se acostumbra. Como llega el otoño, sacamos a relucir los cadmios y quinacridonas, toda esa gama de amarillos, anaranjados y rojizos, unos por su intensidad y brillo, aunque algo opaco y la transparencia de los dorados de quinacridona. Para el ramaje otoñal y para los atardeceres van muy bien.