Revista Cultura y Ocio

Ardores de agosto

Publicado el 14 noviembre 2021 por Aurisecular
ARDORES DE AGOSTO

Llevamos ya diez aventuras de este comisario siciliano, por lo que a estas alturas poco se puede añadir a los comentarios anteriores. En Ardores de agosto llama la atención el título, un juego de palabras de doble sentido, que podemos entender tanto de forma literal, en el aspecto climático, como implícita, en el aspecto sexual. Esta dualidad se mantiene a lo largo de la novela y Salvo Montalbano se ve asediado constantemente por el calor insoportable de finales de verano y el profundo deseo que le trae el final de la madurez.

Como en las novelas anteriores, la realidad está detrás de la historia de Andrea Camilleri: fraudes inmobiliarios en connivencia con las familias que forman una mafia intocable "la empresa Ribaudo de Vigàta [...] Materiales entregados sin factura, fraude del IVA, manipulación de los libros de contabilidad...".

ARDORES DE AGOSTO

Los personajes son asimismo un retrato de las personas de la época, con sus defectos y virtudes, algo que contrasta con la fantasía que se desprende de los diálogos, donde el humor y la exageración aportan un ritmo vertiginoso a la lectura. Cada nueva entrega conlleva una mayor complicidad entre sus protagonistas. Está claro que han ido creciendo juntos, Fazio sigue acumulando datos de los sospechosos a pesar del enojo que le provoca a su jefe, aunque ya ejerce, sin problemas, de conciencia del propio Salvo,

Luego se levantó, se despidió de Adriana [...] Pero antes de salir miró a los ojos del comisario

Algo que se mantiene intacto, desde el comienzo de la saga, es el enfrentamiento entre Montalbano y sus jefes, por lo que el comisario les pondrá cualquier trampa que se le ocurra cuando necesita su atención,

La obsesión sexual del fiscal Tomasseo está tratada superficialmente, por lo que abundan las bromas hacia su comportamiento con las mujeres que, aunque hoy lo tomaríamos como acoso, en la Italia profunda, aun del siglo XXI, no pasa de ser una ofuscación sin peligro.

El casi esperpéntico forense Pascuano, que no tolera que lo importunen, se revuelve cuando no lo requieren con urgencia; Salvo, que lo sabe, juega a su favor

La estructura de las novelas es similar, aunque en este caso Camilleri, siguiendo con la dualidad, ha introducido dos crímenes, uno, con el que denuncia las pésimas condiciones laborales de los inmigrantes y otro sexual, que se une al anterior de manera inteligente a través del propio asesino.

ARDORES DE AGOSTO

El autor, Andrea Camilleri, está presente en la novela. Encontramos una narración del yo, determinada por la época del relato, en la que imágenes del pasado se asoman según diferentes emociones que escapan del propio autor, el poder relajante y revelador del mar es aún más evidente en esta novela y la toma de conciencia del paso fugaz del tiempo, también. En general, a lo largo de la serie protagonizada por Salvo Montalbano descubrimos una ficción, que remite sin duda a la realidad de la naturaleza humana y otra fantasía, reveladora del propio autor.

Con las cartas dirigidas a sí mismo, Salvo reivindica el valor de la verdad de lo imaginado por el autor

Puede parecer que la relación autor - lector permanece tambaleante bajo los efectos de una ambigüedad que debilita la realidad al generar determinadas incertidumbres, pero la sombra de Camilleri está en las páginas de Ardores de agosto, "Montalbano lo dedicó mentalmente a todos aquellos que no se dignaban leer novelas policíacas por considerarlas un mero pasatiempo repleto de enigmas". La especial sensibilidad del comisario hacia los más desprotegidos es reflejo del sentimiento del autor, del inconformismo que mostró hacia su país natal cada vez que intuía debilitar el compromiso con los ciudadanos de a pie "-En caso de que nos adjudicaran (una obra) yo debía encargarme de hacer unas cuantas cosas "entregar las consabidas comisiones...".

Leer una novela de Salvo Montalbano es poner atención en Camilleri como si fuese otro aspecto más del texto. Encontraremos en el relato la ficción del autor pero, si nos centramos en las imágenes sugeridas, descubrimos que aluden a la ideología de Camilleri, a cómo entendía la vida, con cierto pesimismo no exento de esperanza, incluso en el papel social que la mujer lleva a cabo pues, si bien es cierto que su novela, como reflejo social, es típicamente masculina, incluso machista, en Ardores de agosto Camilleri se guarda un as en la manga que es necesario descubrir.


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