[RESUMEN PENDIENTE]
Palabras clave: ensayos clínicos, experimentación animal, Ética, fármacos
La experimentación con animales no humanos es un conjunto de prácticas en las que se utiliza los cuerpos de quienes no son humanos para estudios científicos en diferentes ámbitos (cosmética, medicina, psicología, militar, etc), como ha sido descrito en otro lugar[1]. En la presente entrada se debatirá sobre si deben realizarse dichos experimentos.
El debate sobre experimentación animal tiene tres bloques dependientes unos de otros. El debate sobre la experimentación animal es complejo, pues está compuesto por varios subdebates que hacen más complicado el desarrollo de los razonamientos:
(a) Primeramente está el debate sobre la consideración ética de quien no es humano, pues digamos que el 99,99% de los defensores de la experimentación con animales no humanos no son sensocentristas[2], sino antropocentristas[3], por lo que comienzan el debate desde una «ética» arbitraria: dicen que «es éticamente correcto experimentar con quienes no son humanos porque no son humanos» y que «es éticamente incorrecto experimentar con humanos porque son humanos». Debe quedar claro que rechazar que se siga experimentando con animales no implica el rechazo al conocimiento científico existente hasta el día de hoy, independientemente de cómo haya sido obtenido. También hay algunos antropocentristas que dicen que «quienes se oponen a que se experimente con animales no humanos para sacar nuevos fármacos deben rechazar el consumo de medicamentos», pero estos antropocentristas no tienen en cuenta el marco normativo consecuencialista, que es lo que se explica a continuación.
(b) La segunda cuestión a tener en cuenta es el marco normativo desde el que se parte pues, independientemente de que alguien sea antropocentrista o sensocentrista, hay varios: deontologismo, consecuencialismo, ética de la virtud, etc. Como hemos explicado en otro debate previo, el único marco normativo correcto es el consecuencialismo, lo cual lleva a la conclusión de que un fin justo justifica los medios si se estima que usarlos tendrá mejores consecuencias a largo plazo que si no se usan[4]. Por lo tanto, si no tenemos más remedio que consumir medicamentos para curarnos entonces deberemos consumirlos porque no hacerlo tendría peores consecuencias: la pérdida de salud o muerte por no consumir medicamentos perjudicaría/eliminaría a dicha persona para hacer activismo contra la experimentación y afectaría muy negativamente a la imagen del movimiento por los derechos animales. Por ejemplo, Peter Singer en su libro «Liberación Animal» dice lo siguiente:
▼▲ Mostrar/Ocultar Postura consecuencialista de Peter Singer sobre experimentaciónPostura consecuencialista de Peter Singer sobre experimentación
“Todavía no hemos contestado la pregunta de cuándo puede ser justificable un experimento. No es solución decir: «¡Nunca!». Plantear la moralidad en tales términos de blanco y negro es atractivo porque elimina la necesidad de pensar en casos particulares, pero en circunstancias extremas siempre se vienen abajo las respuestas absolutas. Torturar a un ser humano está mal casi siempre, pero no es un acto condenable en términos absolutos. Si la tortura fuera el único modo de descubrir el lugar de una bomba nuclear escondida en un sótano de Nueva York y programada para explotar en el plazo de una hora, esa tortura sería justificable.
De manera similar, si un solo experimento pudiera curar una enfermedad como la leucemia, ese experimento sería justificable. Pero en la vida real los beneficios son siempre más remotos e incluso, la mayoría de las veces, inexistentes. Por tanto, ¿cómo decidimos cuándo es justificable un experimento?
Hemos visto que los experimentadores revelan una actitud parcial a favor de su propia especie cuando realizan experimentos con animales no humanos con fines para los que no considerarían justificado utilizar a seres humanos, aunque éstos tuvieran algún tipo de lesión cerebral. Este principio nos sirve de orientación para responder a la pregunta que hemos planteado. Puesto que los prejuicios especistas, como los racistas, son injustificables, un experimento no puede estar justificado a menos que su importancia justifique también el uso de un ser humano con lesión cerebral.
Este no es un principio absolutista. No creo que se pueda decir que nunca es justificable experimentar con un humano que sufre una lesión cerebral. Si realmente fuera posible salvar muchas vidas con un experimento que sólo acabara con una y no hubiera ningún otro modo de salvarlas, ese experimento estaría justificado. Pero se trataría de un caso extremadamente raro. Sin duda, ninguno de los experimentos descritos en este capítulo pasaría esta prueba.
Decididamente, como con cualquier línea divisoria, habría una zona gris en la que sería difícil decidir si un experimento se podría justificar. Pero no necesitamos distraernos con tales consideraciones en este momento. Como ha mostrado este capítulo, nos encontramos en una situación de emergencia en la que se está causando un sufrimiento horroroso a millones de animales con fines que, desde cualquier punto de vista imparcial, son obviamente inadecuados para justificar el sufrimiento.
Cuando hayamos dejado de realizar todos esos experimentos, tendremos tiempo entonces para discutir qué hacer con aquellos otros que se consideran esenciales para salvar vidas o evitar un mayor sufrimiento.”
(c) Por último está la relación existente entre la experimentación animal y el beneficio para la salud humana y no humana, que es en lo que nos vamos a centrar en este debate desde el sensocentrismo y usando un marco normativo consecuencialista: ¿experimentar con alguien, sea humano o no humano, tiene consecuencias menos malas que si no se experimentara con él? Si la respuesta es «sí» entonces deberemos experimentar en esos casos, y si la respuesta es «no» entonces no deberemos experimentar en esos casos. Éste sería el debate racional sobre experimentación, pero en él suelen participar antropocentristas o usarse marcos normativos irracionales, lo que hace que el debate no pueda desarrollarse con normalidad.
Algunas personas dicen que experimentar con alguien tiene consecuencias menos malas que no experimentar. Estas personas están diciendo que confinar, hacer sufrir y matar a alguien en un experimento puede ser menos malo que no experimentar con él. Con el avance de la ética promovido por defensores de los animales, cada vez es más habitual el rechazo a la experimentación que tiene como finalidad crear nuevos cosméticos y productos de higiene, de hecho la Unión Europea los ha prohibido. También suele ser frecuente el rechazo a la experimentación con fines militares. Lo habitual es encontrarse con antropocentristas que defienden la experimentación en no humanos, aunque incluso entre antropocentristas es grande el rechazo.
y con sensocentristas «deontologistas» que se oponen a la experimentación en cualquier caso.
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Las premisas y la conclusión serían las siguientes:
ARGUMENTO EN DEFENSA DE LA EXPERIMENTACIÓN:
(P1) Para evitar que aparezcan enfermedades deben crearse fármacos.
(C) Los fármacos para humanos deben experimentarse en animales no humanos.
A continuación vamos a mostrar cómo puede rebatirse este argumento.
PREMISA (P1): Para evitar que aparezcan enfermedades deben crearse fármacos
La industria farmacéutica, como todo negocio liberal, sigue como criterio la búsqueda del mayor beneficio económico posible, por lo tanto les interesa que existan enfermedades y promover una sociedad basada en fármacos. En 2007, se calculó que el mercado farmacéutico movía unos 200.000 millones de dólares al año, muchos a base de subvenciones de los gobiernos. Las empresas farmaceúticas experimentan con animales no humanos para tener una supuesta base «científica» mediante la cual poder defenderse de las frecuentes demandas por fármacos dañinos; así siempre podrán decir «lo experimentamos en ratones y a estos no les ocurrió nada». Por ejemplo, el 27 de julio de 2007, se publicó en La Vanguardia una entrevista titulada «El fármaco que cura del todo no es rentable», en la que Richard J. Roberts, Premio Nobel de Medicina en el año 1993 por sus investigaciones sobre el ADN, denunció que las farmacéuticas se dedican a desarrollar medicinas para enfermos crónicos, pues las medicinas que curan del todo son menos rentables, por eso dijo que «hay antibióticos que se han dejado de estudiar porque son demasiado efectivos y curaban del todo». Esto lo repitió el 28 de junio de 2008 en la entrevista titulada «A las farmacéuticas no les interesa buscar la curación», y en otras. La industria farmaceútica no mira por los intereses de las personas, sino por los intereses económicos de los propietarios de dichas farmaceúticas, como nos cuenta Richard J. Roberts: «en la medida en que existen empresas privadas que fabrican medicamentos y precisamente, como son privadas, su objetivo es tener beneficios. Por eso buscan fármacos para enfermedades a largo plazo. Y si yo como compañía desarrollo un fármaco que me ha costado cientos de millones de dólares de investigación, pero que cura la enfermedad, ¿cuánta rentabilidad puedo esperar si se termina el negocio? Las empresas no tienen ningún incentivo a desarrollar fármacos que realmente acaban con la patología». Ésta es una razón de peso para confiscar la industria farmacéutica y convertirla en una empresa pública, así como para cambiar todo el sistema de protección de la salud.
Muchas enfermedades y muertes pueden prevenirse mediante hábitos de vida saludables. Si nuestro objetivo es aumentar la salud de la población y reducir el número de muertes prematuras entonces se deberá insistir con campañas sobre hábitos de vida saludables, a pesar de que ello perjudique a quienes hacen negocio a costa de la salud y de la vida de las personas. La sóla idea de promover el respeto hacia quienes no son humanos tendría unas consecuencias radicales en cuanto a mejoras en la sociedad. Es la falta de empatía lo que le falta a este mundo para solucionar sus más graves problemas. Como una vez dijo Richard Wagner (1823-1883) «Si los experimentos con animales fueran abandonados en pos de la compasión, el hombre haría un avance fundamental». Como ejemplo esta experiencia de Christian Barnard (1922-2001): «Yo había comprado dos chimpancés de una colonia de primates en Holanda. Vivieron uno junto al otro en jaulas separadas durante varios meses hasta que usé a uno como donante (de corazón). Cuando lo pusimos a dormir en su jaula para prepararlo para la operación, chilló y lloró incesantemente. No le dimos importancia a esto, pero debió haber causado una gran impresión en su compañero, pues cuando nos llevamos el cuerpo al cuarto de operaciones, el otro chimpancé lloró amargamente y estuvo inconsolable durante días. El incidente me causó una gran impresión. Juré nunca experimentar de nuevo con criaturas tan sensibles».
CONCLUSIÓN (C): Los fármacos para humanos deben experimentarse en animales no humanos
De los fármacos experimentados en animales no humanos no se extraen conclusiones científicas para la medicina humana, por esta razón los fármacos también se experimentan con humanos voluntarios (ensayos clínicos). En España, la Ley 29/2006, del 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios establece la obligación por parte de los laboratorios de someter los medicamentos a pruebas en animales no humanos antes de ser experimentados con humanos en los ensayos clínicos. Los ensayos clínicos controlados son necesarios para la autorización de un medicamento, de acuerdo con la Ley General de Sanidad. La Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios dedica su título tercero a los ensayos clínicos y se desarrolla mediante el RD 561/1993 por el que se establecen los requisitos para la realización de ensayos clínicos con medicamentos; actualmente están regulados por el RD 223/2004. Por su parte, la Unión Europea ha venido publicando diferentes directivas para regular los Ensayos clínicos. El error científico esencial de la experimentación con animales no humanos es creer que si un fármaco funciona con ellos entonces funcionará con los humanos y que si el fármaco no funciona con animales no humanos entonces no funcionará con humanos. Existen diferencias metabólicas entre las diferentes especies animales, incluso entre individuos de la misma especie. La sustancia que para un sujeto puede ser inocua, para otro sujeto puede ser mortal. Los resultados de la experimentación con animales no humanos no se pueden extrapolar directamente a la especie humana, por lo cual siempre se requiere que se realice una investigación en humanos. Así lo comentó Joshua Lederberg (1925-2008), premio Nobel de Medicina en 1958: «Es simplemente imposible, ni aún con todos los animales del mundo, revisar productos químicos tan a ciegas como lo hacemos ahora y llegar a formular conclusiones creíbles sobre los riesgos que entrañan para la salud humana». En tiempos más recientes se sigue insistiendo en esto. Por ejemplo, el 6 de agosto de 2008, la revista Natura publicó un artículo titulado «Neuroscience: Standard model» en el que se dice lo siguiente:
«La mayoría de fármacos contra enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis y el alzheimer que han funcionado en ratones, no tienen ni el mínimo efecto en estudios preliminares con humanos. Hay dos tipos de explicaciones, y las ambas son radicales por diferentes motivos. La primera es la más obvia: el modelo no sirve, el cerebro de ratón es demasiado diferente al humano, lo que han estado haciendo miles de científicos no lleva a ningún sitio. Parece preocupante, pero la segunda explicación también se las trae: Muchos experimentos publicados en revistas científicas están mal hechos. A veces las muestras son demasiado pequeñas y no están diseñados con suficiente rigor. La presión por publicar induce a vacíos metodológicos, quizás alguna que otra distorsión de los resultados, y oídos sordos a diferencias básicas entre ratones y humanos respecto las características fisiológicas de la enfermedad. Además, los resultados negativos no se publican.»
De los fármacos experimentados en pequeñas muestras de humanos no se extraen conclusiones científicas para la medicina humana, por lo que los fármacos también se experimentan en la población, que es cuando realmente se vé si el fármaco es eficaz o si hay que retirarlo. Muchos fármacos que salen al mercado para ser experimentados con la población son retirados debido a sus efectos secundarios perniciosos. Los efectos secundarios de los fármacos causan más muertes al año que las muertes producidas por accidentes de tráfico y suicidios juntos. El 29 de mayo de 2013, en el artículo «Los efectos secundarios de las medicinas causan más muertes que los accidentes» se indica que Bernard Bégaud, catedrático de Farmacología y exdecano de la facultad de Medicina de Bordeaux, afirmó que «Los efectos secundarios de los medicamentos causan más muertes al año que las producidas por accidentes de tráfico y suicidios juntos»: unos 18.000 humanos mueren al año en Francia como consecuencia de los efectos secundarios de medicamentos. Philippe Even, profesor emérito en la Universidad Paris Descartes y antiguo miembro de la comisión científica del Ministerio de Sanidad galo, ya había encendido las alarmas sobre los efectos para la salud de los fármacos con la publicación en Le Cherche Midi del ensayo «Le guide des médicaments: utiles, inutiles ou dangereux» que indica que los medicamentos que se experimentan con la población producen cada año en Francia cerca de 100.000 accidentes que requieren hospitalización y 20.000 muertes. A continuación se enumeran fármacos que fueron experimentados en animales no humanos, luego experimentados en humanos y que salieron al mercado, pero tuvieron que ser retirados debido a su toxicidad en humanos:
▼▲ Mostrar/Ocultar Fármacos que salieron al mercado y fueron retiradosFármacos que salieron al mercado y fueron retirados
El 17 de octubre de 2012 se publicaba un artículo titulado «Sólo un medicamento de cada tres es eficaz de verdad» en el que se hace referencia a unas afirmaciones de Philippe Even, profesor emérito en la Universidad Paris Descartes y antiguo miembro de la comisión científica del Ministerio de Sanidad galo, que tras analizar con su equipo de colaboradores cerca de 20.000 informes sobre medicamentos comercializados en Francia llegó a la conclusión de que un tercio de los medicamentos comercializados son completamente ineficaces, no tienen ningún efecto terapéutico. Otro tercio puede causar problemas secundarios al no ser bien tolerados por el paciente o se utilizan mal al prescribirlos a personas que no los necesitan. Finalmente, queda otro 33% que es la cantidad de fármacos realmente útiles para curar una enfermedad o algún problema de salud. De ese 33% de medicamentos comercializados que pueden causar problemas secundarios vamos a enumerar aquellos que han producido graves problemas de salud:
- Acomplia (rimonabant)
- Actinomicina: la Actinomicina-D, el primer fármaco quimioterápico, es letal para los primates [5].
- Amrinone: un fármaco usado contra la insuficiencia cardíaca, fue testado en muchos animales y lanzado al mercado sin ninguna contraindicación. En los seres humanos desarrolló la trombocitopenia, o falta de células sanguíneas para la coagulación de la sangre.
- Anzemet: de la farmacéutica Sanofi-Aventis. Medicamento contra náuseas con posibles riegos cardiacos. Retirado por la propia farmacéutica en febrero de 2011.
- Arsénico: es dañino para las personas, pero actúa de forma distinta en ratas, ratones y ovejas (que pueden consumir grandes cantidades)
- Aspirina: provoca defectos de nacimiento en ratas, ratones, perros o cobayas, y la muerte en gatos, pero no en humanos (excepto en gestantes, a quienes puede producir malformaciones).
- Aspirina Infantil: a principios de los años 90 y gracias a un estudio, en Estados Unidos se retiró la Aspirina Infantil®. El estudio demostró que era la causante de una rara y mortal enfermedad llamada síndrome de Reye) en los menores de 16 años, que hasta entonces se cobraba la vida de los niños sin que lo médicos pudiesen poner un tratamiento específico. No fue hasta 2003 cuando se retiró del mercado español, más de 10 años después de que se retirara en Estados Unidos. Desde su retirada, no se han dado casos del Síndrome de Reye, esto significa que durante 10 años se puso en peligro la vida de los niños españoles.
- Avandia (rosiglitazona): Hay datos que indican que Avandia aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares y de ataques al corazón. La polémica comenzó en 2007, con la publicación de un estudio que advertía de los citados peligros. Desde entonces, varias investigaciones independientes han confirmado el incremento del riesgo cardiovascular mientras que los estudios aportados por la farmacéutica GSK lo desmentían. Los medicamentos Avandamet y Avaglim, de la misma firma, también contienen rosiglitazona. En España, entre 60.000 y 80.000 diabéticos usaban alguno de estos tres medicamentos, hasta que el 29 de diciembre de 2010 dejaron de estar disponibles en las farmacias.
- Baycol (Cerivastatin): es un medicamento muy popular aprobado en 1997 para el tratamiento de la dislipidemia (niveles anormales de colesterol), pero que fue retirado por el riesgo tan alto de degradación muscular que presentaban los pacientes. Esta pérdida muscular no se detectó los test pre-clínicos con animales no humanos, incluyendo ratas, ratones, cerdos enanos, perros y monos; sólo a dosis muy altas se observaban efectos sobre el tejido muscular. Los autores del experimento llegaron a la conclusión de que el cerivastin era bien tolerado por todas las especies. Pruebas realizadas sobre células musculares de ratas y humanas, después de retirarse del mercado, demostraron que las células de la rata son 200 veces más resistentes que las humanas a los efectos de este medicamento, al que se atribuyen más de 100 muertos [6].
- Buflomédil: vasodilatador (sospechoso o ya prohibido). Según la revista Prescrire, puede generar efectos neurológicos y cardiacos indeseables graves. En entrevista a Europe 1, Philippe Even, presidente del Instituto Necker, manifestó totalmente su apoyo a las notas divulgadas por Prescrire con el argumento de que en 20 años la revista nunca se equivocó en sus apreciaciones. Prohibido el
- Butazolidin (Phenylbutazone): es un anti-inflamatorio de uso común en medicina veterinaria para caballos, para mitigar el dolor y la inflamación, pero que en humanos puede ocasionar una fototoxicidad graves, así como enfermedades graves e incluso fatales en hígado y médula ósea. La toxicidad en médula ósea se demostró en cultivos en células humanas después de que se hubieran relacionado y producido más de 10.000 casos mortales de anemia aplástica [7].
- Carcinógenos: la carcinogenicidad de la fibra de vidrio no fue demostrada en los estudios con ratas, hámsters, cobayas, ratones, macacos y babuínos, pero la OSHA la reconoció como carcinogénica en 1991 después de estudios en pacientes humanos[8].
- Cloranfenicol: en el ser humano causó un tipo de anemia de efectos mortales. No daña a perros, pero mata a gatos. Las vacas lo toleran, pero no así los caballos.
- Clindamycin: un antibiótico, causa una condición intestinal llamada "colitis pseudomembranosa". Aunque fue testado un año entero cada día sobre perros y ratones, éstos pudieron tolerar dosis 10 veces mayores de la tolerada por los seres humanos. (British Medical Journal, 1983, Jan 15, pp199-202; Br. Nat. Form. no.26, 1993; Tox. and Appl. Pharm., 1972, vol. 21, pp516-531).
- Clioquinol: fue una droga fabricada en los años 70 y vendida como un remedio seguro para la diarrea. No sólo no funcionó contra la diarrea, como se prometió a los pacientes, sino que, de hecho, acentuó los síntomas. A causa de la dispensa del Clioquinol al público, 30.000 personas quedaron ciegas y/o paralíticas y miles más murieron.
- Cylert (Pemoline): quince niños sufrieron fallo hepático agudo después de someterse a este tratamiento para un desorden de hiperactividad; de ellos, doce necesitaron un trasplante de higado o fallecieron. Ningún test en animales no humanos había indicado que fuera tóxico para el hígado [9].
- Diane 35: El 30 de enero de 2013, Francia prohibió la venta de la píldora anticonceptiva Diane 35, que en España se prescribe principalmente para tratar el acné y la alopecia, después de que se filtrasen unos informes en los que se asociaban cuatro muertes al consumo de este fármaco.
- Digitalina: medicina de indiscutible valor en el tratamiento de enfermedades cardíacas, cuyo uso oficial fue retrasado muchos años por ser considerada perjudicial, ya que en perros aumenta la presión sanguínea. Afortunadamente, las pruebas sobre seres humanos fueron mejores, y como resultado, el DIGOXIN, una sustancia análoga a la digital ha salvado numerosas vidas. Muchas más personas podrían haber sobrevivido si los experimentos sobre animales se hubiesen ignorado. (W. Sneader, Drug Discovery: The Evolution of Modern Medicine, Wiley, 1985;T. Lewis, Clinical Science, Shaw and Sons Ltd., 1934; Federation Proceedings, 1967, vol.26, pp1125-30;Toxicology In Vitro, 1992, vol.6, pp.47-52.)
- Eraldin: un fármaco contra las enfermedades cardíacas, causó la muerte y ceguera a los seres humanos, aunque provocó algunos efectos secundarios indeseados en animales. Cuando estaba en el mercado, los investigadores afirmaron que estaban seguros de la minuciosidad de las pruebas hechas en animales. Después, con la retirada del medicamento del mercado, los investigadores no fueron capaces de reproducir la ceguera en los animales. (Nature, 1982, April 1, pp387-90; British Medical Journal, 1983, Jan 15, pp199-202; Drug Monitoring, 1977; Pharmacologist, 1964, vol. 6, pp12-26; Pharmacology: Drug Actions and Reac. and Advances in Pharm, 1963, vol. 2, pp1-112; Nature, 1982, April 1, pp387-390).
- Erdepryl: usado en el tratamiento del mal de Parkinson se asoció a grandes aumentos de la presión sanguínea. Este efecto colateral no fue registrado en los animales donde se experimentó.
- Estilbestrol: un potente estrógeno u hormona sexual, utilizado para tratar el cáncer de próstata y prevenir el aborto involuntario, causó un nuevo tipo de cáncer a mujeres jóvenes cuyas madres habían sido tratadas con estrógenos sintéticos durante el embarazo.
- Estreptomicina: un antibiótico muy común, que en ratas es teratogénico.
- Estricnina: Coballas, pollos y monos pueden consumir grandes cantidades sin problemas. Un gramo de estricnina mata a 20 adultos o a 50 niños.
- Fialuridine: un fármaco antiviral, causó daños hepáticos a 7 de 15 pacientes donde fue probado. 5 de ellos murieron y 2 debieron recurrir a un trasplante de hígado. Sin embargo, el medicamento había funcionado bien en marmotas (NEJM, 333;1099-1105, 1995; J. NIH Res., 1993, 5, pp33-35; Nature, 1993, July 22, p275).
- Fibra de vidrio: experimentos efectuados sobre ratas, hamsters, cerdos de guinea, ratones, simios y babuinos no revelaron relación entre la fibra de vidrio y el cáncer. No fue hasta 1991 que, gracias a estudios en seres humanos, la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) lo clasificó como cancerígeno. (The Guardian, 20/7/91; Occupational Lung Disorders, Butterworth 1982; Toxicology and Industrial Health, 1990, vol.6, pp 293-307).
- Flosint: un fármaco llamado Flosint, se testó en ratas, perros y monos, que toleraron bien la medicación. En humanos, sin embargo, causó varias muertes.
- Fumar: fumar no se consideraba cancerígeno porque el cáncer causado por el humo es difícil de reproducir en animales de laboratorio. Por consiguiente, muchos continuaron muriendo de cáncer, aún cuando ya se sabía que fumar era dañino para las personas (N. Sax, Cancer-causing Chemicals, Van Nostrand 1981).
- Opren: fue causa de muerte de 61 personas y se le atribuyen más de 3.500 casos de reacciones.
- Mediator: en noviembre de 2010, la sanidad francesa reconoció 500 muertes (que pueden ser hasta 1000) por el uso de este medicamento para diabéticos, retirado un año antes. Comercializado en Francia por el laboratorio francés Servier durante 33 años. El Sindicato de Médicos Generalistas (SMG) relacionó entre 500 y 2000 muertes de humanos debido a hipertensión arterial pulmonar y problemas en las válvulas cardíacas.
- Metamizol: anestésico para personas. Causa excitación y salivación excesiva en gatos.
- Mixotantrone: usado contra el cáncer, producía descompensaciones cardíacas en el ser humano. Fue ampliamente testado en perros, sin producir este efecto. (Lancet, 1984, July 28, pp219-220; Martindale: The Extra Pharmacopoeia, 29th edition, Pharmaceutical Press, 1989).
- Morfina: sedante para las personas, pero causa excitación a gatos, ratones, cabras y caballos.
- Nimesulide (nimesulida): antiinflamatorio. La nimesulida ha sido retirado del mercado en muchos países.
- Nolotil®: Está retirado de la mayor parte de los países del mundo, no en España.
- Nomifesine: antidepresivo, fue asociado a la insuficiencia hepática y renal, anema y muertes en seres humanos. Sin embargo, los experimentos en animales habían indicado que el fármaco se podía usar sin efectos secundarios.
- Olanzapina: Principio activo del medicamenteo Zyprexa. Antipsicótico de última generación (llamados atípicos). Efectos secundarios imprevistos, tales como aumento de peso, diabetes tipo 2, hiperglicemia, complicaciones cardiovasculares y otros malestares. (Más información: +) (Video)
- Paracetamol: altamente venenoso para los gatos.
- Penicilina: mata a las cobayas, no tiene efecto en conejos (la expulsan eficientemente en la orina), pero es un antibiótico muy útil para los humanos.
- Rezulin (Troglitazone): este medicamento, previsto para tratar la diabetes tipo 2 en adultos, fue aprobado por la FDA (agencia americana de alimentos y medicamentos) en 1997. El Rezulin reducía el azúcar en sangre de las ratas sin provocar efectos secundarios, pero nada más aprobarse empezaron a surgir casos de fallos hepáticos graves e incluso mortales en humanos. Se retiró en el año 2000, después de 391 muertes atribuídas a su consumo, y tras una larga y exhaustiva investigación de Los Angeles Times.
- TGN1412: anticuerpo monoclonal. Seis jóvenes voluntarios para el ensayo en humanos quedaron con su sistema inmune vulnerable de por vida a ciertas enfermedades. Un informe oficial confirmó que el producto reunía los requisitos de seguridad para iniciar ensayos en pacientes y que las pruebas previas en ratones no habían dado muestras de alarma en cuanto a sus riesgos. (Más información: ++)
- Talidomida: esta droga se debe a la farmaceútica Grunenthal y apareció en el mercado al final de los años 50 en Alemania, después de ensayos realizados en miles de animales para comprobar su seguridad. Fue vendida como un sedante para las mujeres embarazados o lactantes y, a pesar de las pruebas de seguridad, por lo menos 10.000 niños de madres que la consumieron nacieron con deformidades severas por todo el mundo. En España se continuó vendiendo Talidomida hasta, al menos 1973, sabiendo las consecuencias que tenía. En todo el mundo se indemnizó a las víctimas, excepto en España y en Italia. Las consecuencias de la Talidomina fueron las que motivaron la creación de la Ley del Medicamento en España.
RTVE: ¿Te acuerdas? - Hijos de la talidomida (Link)
- Tetrazepam: el 15 de enero de 2013, un informe descubrió los enormes riesgos de ansiolíticos y relajantes musculares.
- Veraliprida: Enfermas del Agregal de España
- Vinflunine: anticancerígeno (sospechoso o ya prohibido).
- Vioxx (Rofecoxib): De la multinacional Merck. Causó entre 58.000 y 90.000 muertes y un total de 230.000 problemas cardiacos en todo el mundo de 2001 al 30 de septiembre de 2004, cuando el propio fabricante decidía retirarlo del mercado por sus riesgos vasculares. (Más información: ++)
- Staltor (cérivastatine)
- Zelmid: un antidepresivo, fue experimentado en ratones y perros sin incidencia, pero causó graves problemas neurológicos a los seres humanos que lo usaron.
- Para conocer más ejemplos visita la sección: Los errores de la experimentación animal.
Más de la mitad de los 198 nuevos fármacos lanzados entre 1976 y 1985 fueron o retirados o reclasificados después de graves e imprevistos efectos secundarios. Éstos incluían complicaciones como arritmia cardíaca, ataques cardíacos, insuficiencia renal, crisis epilépticas, dificultades respiratorias, insuficiencia hepática y ICTUS (GAO/PEMD-90-15 FDA Drug Review: Postapproval Risks, 1976-1985).
Existen alternativas éticas a la experimentación. A continuación enumeraremos alternativas éticas a la experimentación animal:
▼▲ Mostrar/Ocultar Alternativas éticas a la experimentación animalAlternativas éticas a la experimentación animal
- Autopsias: es la manera más lógica de conocer el cuerpo humano y cómo le ha afectado una enfermedad. Igualmente se puede conocer el cuerpo humano estando presente en operaciones.
- Biopsias.
- Cromatografía de gases: técnica que separa ciertos elementos de mezclas de sustancias volátiles. En ella está basada la prueba de alcoholemia de conductores.
- Cultivo de bacterias: para saber cómo algo afecta a las bacterias, cultivarlas es lo mejor y no es nada nuevo en la ciencia.
- Cultivo de células y tejidos: nada mejor para saber cómo afecta un cosmético a la piel que usarlo sobre piel humana cultivada de la misma manera que la que se crea para injertar a quemados. El cultivo celular permite la creación de piel humana sin que se produzca rechazo.
- Espectrometría de masa: es una técnica que permite identificar, de manera inequívoca y tanto cuantitativa como cualitativamente, cualquier tipo de mezclas de sustancias así como determinar la masa molecular de un compuesto.
- Estudios clínicos y epidemiológicos: más aplicable que experimentar con animales no humanos para aplicarlo en humanos es observar clínicamente a humanos o relacionar causa/efecto mediante estudios.
- Examen endoscópico.
- Microdosificación: permite que los estudios se lleven a cabo en organismos de seres humanos voluntarios, ya que se emplean drogas en dosis demasiado pequeñas como para producir un efecto farmacológico o una reacción adversa.
- Modelos matemáticos y por ordenador.
- Tomografía por emisión de positrones (P.E.T.)
- Resonancia magnética: permite estudiar el cuerpo de manera no destructiva.
- Robots: en fase de desarrollo.
- Técnicas de formación de imágenes.
- Tomografía axial computarizada (T.A.C.): consiste en la reconstrucción por medio de un ordenador de un plano tomográfico de un objeto y combina rayos X y placas radiográficas.
- Humanos que se ofrecen como voluntarios (Voluntarios ébola, etc).
- Más alternativas a la experimentación animal aquí y aquí.
Las células madre son células que tienen la capacidad de autorrenovarse mediante divisiones mitóticas o bien de continuar la vía de diferenciación para la que están programadas y, por lo tanto, producir células de uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados en función de su grado de multipotencialidad. A continuación mencionamos algunas de las técnicas alternativas que, en lugar de utilizar animales no humanos, utilizan células madre embrionarias humanas:
- ReProtect: su objeto es desarrollar tests sobre la toxicidad reproductiva utilizando células madre embrionarias humanas tratadas químicamente durante su diferenciación neuronal y cardíaca.
- VITROCELLOMICS: se propone desarrollar tests preclínicos de predicción sobre medicamentos utilizando modelos hepáticos humanos in vitro derivados de las células madre embrionarias humanas.
- INVITROHEART: con el objeto de desarrollar un modelo in vitro derivado de células madre embrionarias humanas representando fielmente los cardiomiocitos humanos para probar los medicamentos.
- ESNATS: con el fin de desarrollar una nueva plataforma de tests de toxicidad, basada en particular en las células madre embrionarias humanas, para racionalizar el proceso de desarrollo de medicamentos y evaluar su toxicidad en los estudios clínicos.
- carcinoGENOMICS: pretende desarrollar un test para evaluar las propiedades genotóxicas y carcinógenas de compuestos químicos in vitro, utilizando células hepatocite-like derivadas de células madre embrionarias humanas.
Otros experimentos alternativos:
- Experimentos con bacterias, virus, hongos, plantas y cualquier otro organismo sin sistema nervioso.
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