Xander es mi gato nuevo. Ya les he dicho en reiteradas ocasiones que adopto gatos, pero nunca había adoptado un aristogato antes. La cosa es que encontramos un hermoso y elegante gato siamés perdido en el pueblo; tenía collar, cascabel y ojitos azules bizcos, y mis hijas se enamoraron de él con solo verlo. Pero como seguramente también tenía un dueño desolado, después de acordar que lo devolveríamos si lo reclamaban, nos lo trajimos para casa. Y bien, un mes -y avisos en Facebook y veterinarias locales después- creo que ya podemos decir que Xander es nuestro.
¿No es hermoso? Si hubiera sido gata, le ponía Duquesa; de Tomas O'Malley no tiene nada.
EriSada