Revista Cocina
Quienes visitan Mi cocina y han leído sobre todo las introducciones de las recetas orientales, mis relatos o recuerdos de algunos de mis viajes, saben que uno de los destinos que más me apasiona es Thailandia, país al que he viajado en dos ocasiones y por el que siento una fascinación especial.
Llegué a Thailandia por primera vez en el año 1994 y fue en su capital, Bangkok (su traducción es “Ciudad de los Angeles”), la “Gran Mango” como suelen llamarla los thailandeses, donde descubrí una ciudad que sólo puedo describir como una visión estimulante y emocionante para los sentidos.
Y su gastronomía, al igual que sus paisajes, sus palacios, sus monumentos y su cultura, no me dejó en absoluto indiferente.
La comida tailandesa es un manjar para el paladar y para la vista… sus sabores son refinados, sus ingredientes de una variedad sorprendentes, sus platos armoniosos, aromáticos, llenos de color y sumamente elegantes. Y para el olfato, ya que sus aromas envuelven sus platos e invaden sus calles con sus puestos ambulantes.
Fue entonces cuando descubrí la gran variedad de frutas que en una mayoría eran desconocidas para mí, un amplisimo abanico de colores, extrañas formas y sabores increíbles repletos de exotismos. Incluso muchas de ellas aunque conocidas, allí me sabían y me resultaban diferentes, con distinto sabor…..
Papaya, guayaba, longan, mangostán, manzana de agua, rambután, lichis, santol, durián, fruta de la serpiente, piñas y plátanos enanos, sandías, melones, cocos, pomelos e incluso fresas….y mango.
¡¡ Adoro, me encanta el mango !!
Es con mango con lo que se prepara uno de los postres más típico y delicioso thailandeses, que aunque parezca increible no lleva nada de picante, el llamado “Khao Niao Mamuang” o arroz con coco y mango: una exquisitez.
Éste postre lo suelen preparar con el llamado arroz glutinoso, arroz pegajoso o ‘sticky rice’, con leche de coco (Ka-ti) que por cierto suele estar muy presentes en los postres thai y mango maduro, dulce, suave, aromático….una mezcla de sabores extraordinaria, sorprendente….
¿Se animarán a probarlo de ésta forma tan sencilla?....
¿Cómo lo hice?
Para dos personas:
150 gramos de arroz (he usado tipo Thai, Jazmin…no glutinoso), un vaso de leche de coco (se encuentra en cualquier supermercado), cuatro cucharadas soperas de azúcar morena, una cucharadita de café de sal, semillas de sésamo (ajonjolí) tostadas, medio mango (si es grande, o un mango si es de tamaño pequeño).
Los pasos a seguir:
Cocer el arroz en agua con sal siguiendo las instrucciones del fabricante.Escurrir bien y reservar.
En una cacerolita echar las semillas de sésamo y dejarlas tostar durante un minuto, removiendo con cuidado de que no se lleguen a quemar. Reservar.
Mientras, en una cacerolita cocer la leche de coco disolviendo el azúcar durante unos minutos.
En un cuenco echar el arroz y añadir la mezcla de leche de coco con azúcar y dejar reposar.
Cortar el mango en trozos pequeños.
Servir el arroz en cuencos, colocar las rodajas de mango (bien encima o en un lado) y espolvorear con las semillas de sésamo.(Se puede consumir dejando parte de la salsa en el frigorífico a fin de que haya contraste de temperaturas entre el arroz recién hecho y la salsa fría)…
Servir inmediatamente y a disfrutar……