Esta receta la llevo queriendo publicar desde que comencé con el blog, pero cada vez que la he preparado, algo ha pasado para no poder publicarla. Además, aunque es una receta muy sencilla, me ha costado escribirla porque es de esas de pura herencia familiar, nunca escrita y que las cantidades se han trasmitido pero sin pesaje. Y como casi todo en la cocina, pero el arroz con leche en especial, requiere de dos ingredientes que no se compran en ningún supermercado, paciencia y sobre todo mucho AMOR, con estos dos y respetando las cantidades os aseguro que os quedara un arroz con leche delicioso.
INGREDIENTES
2.5 l de leche entera.500 gr de arroz.500 gr de azúcar.Cascara de naranja y/o limón.Canela en rama y molida.Una pizca de sal.
ELABORACIÓN
Las cantidades que aquí os pongo son para unas 12 raciones, pero lo importante es la proporción leche arroz. A mi me gusta que quede melosito, como veis en las fotos y para que quede así son 5 partes de leche por cada parte de arroz, si mantenéis esta proporción nunca os vais a equivocar, si l queréis más liquido aumentar la cantidad de leche, si la disminuís os quedara más seco.
Lo primero es infusionar la leche con lo que eligais para arotamizar. Yo habitualmente uso canela en rama imprescindible y corteza de naranja y/o limón en función de lo que tengo por casa, a veces también le añado anís estrellado e incluso en alguna ocasión vainilla o cardamomo, experimentar da muchas satisfacciones.
Ponemos a hervir la leche con la canela, la cascara de los cítricos y un pellizquito de sal, una vez que rompa a hervir lo dejamos así 5 minutos, lo retiramos del fuego y lo dejamos reposar tapado hasta que la leche se temple.
Mientras se va enfriando la leche lavamos el arroz, es bueno quitarle parte del almidón que tiene, si no se nos va a apelmazar demasiado.
Una vez lista la leche, le añadimos el azúcar lo llevamos nuevamente al fuego, mezclamos bien y es el momento de echar el arroz. Lo ponemos a hervir a fuego muy lento moviendo frecuentemente hasta que tengamos el arroz en el punto que nos guste. Lo dejamos enfriar, canela molida y a disfrutar.
"Nadie habló jamás como este hombre".San Juan 7, 45