Revista Cocina
Evidentemente este arroz de pobres con pisto y pollo dista mucho de ser una receta de paella, sobre cuyos ingredientes oficiales, están tratando de ponerse de acuerdo en la feria Gastrónoma, que se inició el domingo en Valencia. En todo caso, ésta es una receta que tiene un estupendo sabor y seguro que no os decepciona si la probáis.
Enlazando con esto, os cuento que el fin de semana estuve en la Comunidad Valenciana, y aproveché para preguntar a algunos amigos sobre el tema de los arroces y las paellas, para conocer su opinión en la polémica sobre las paellas y la primera conclusión a la que he llegado es que, aunque a todos nos encantan los diferentes platos de arroz, no existe acuerdo unánime en lo que es y lo que no es una paella, por lo que espero que el debate sobre el tema de la verdadera receta de la paella nos ayude a encontrar la solución.
Volviendo a esta receta, mi abuela Lola, llamaba arroz de pobres a todo arroz que no tuviera marisco, así que, en su recuerdo, os enseño esta receta sencilla que, sin ser paella, es un plato sencillo y resultón. Lo bueno de este arroz de pobres, es la intensidad de su sabor, que por un lado le viene del pisto (que sustituye al clásico sofrito) y por otro de la cocción del arroz en caldo de pollo, que potencia las sensaciones que nos aporta este plato.
Para preparar 4 raciones, solamente necesitamos los siguientes,
Ingredientes 300 gr. de arroz, dos pechugas de pollo cortadas en tacos, 3 ó 4 cucharadas soperas de pisto, 1 litro de caldo casero de pollo, azafrán, sal y aceite de oliva virgen extra.
Cómo hacer arroz de pobres con pisto y pollo Partimos de un pisto, realizado con cebolla, tomate, pimiento y calabacín, que preparamos cortando todos los ingredientes en trocitos de tamaño similar, y los freímos a fuego medio, manteniendo el proceso durante unos 30 minutos, removiendo cuidadosamente. Este pisto podéis tomarlo como entrante, o usarlo como guarnición. Si queréis, podéis congelarlo y así tendréis siempre porciones de esta delicia para cuando os venga bien, por ejemplo para alegrar una pizza casera, o un plato de espaguetis. En una sartén grande, que utilizaremos como recipiente para preparar el arroz de pobres, freímos las tajadas de pollo cortadas en tacos de tamaño mediano, y en cuanto empiezan a tomar color, añadimos las cucharadas de pisto, y removemos todo junto, tal como véis en la foto siguiente. Seguidamente, añadimos el arroz, y lo rehogamos hasta que empieza a transparentarse, momento en el que le añadiremos el caldo casero de pollo, dejando que cueza a fuego fuerte unos 5 minutos. Aquí puedes ver cómo hacer un caldo casero de pollo y verduras. Mientras, machacamos en un mortero las hebras de azafrán, con unos granitos de sal y unas cucharadas del caldo, y lo incorporamos para que aporte su color y sabor a la mezcla. Si lo preferís, podéis sustituir el azafrán por cúrcuma, que le dará otro toque diferente. Una vez incorporado el azafrán, bajamos el fuego al mínimo y terminamos la cocción del arroz durante otros diez minutos aproximadamente. Con estos tiempos más unos 10 minutos de reposo, tapando el arroz con un trapo de cocina, tendremos un arroz sencillo cuyo sabor gustará seguro en casa. Eso sí, no se os ocurra llamar paella a este arroz de pobres con pisto y pollo, porque no tiene nada que ver con la paella, pero... para solucionar un antojo de arroz, y disfrutar de un intenso sabor, os vendrá de lujo. Si os animáis a probarlo, ya me contaréis. Sed felices.
PD: Este fin de semana estuve en Elche, para recibir el premio de la Primera edición del concurso de recetas con el fruto de la granada. Próximamente publicaré una crónica de dicho evento, en el que tuve la suerte de conocer personalmente a algunos amigos blogueros, y os invitaré a participar en la segunda edición, que comienza en unos días.
Ingredientes 300 gr. de arroz, dos pechugas de pollo cortadas en tacos, 3 ó 4 cucharadas soperas de pisto, 1 litro de caldo casero de pollo, azafrán, sal y aceite de oliva virgen extra.
Cómo hacer arroz de pobres con pisto y pollo Partimos de un pisto, realizado con cebolla, tomate, pimiento y calabacín, que preparamos cortando todos los ingredientes en trocitos de tamaño similar, y los freímos a fuego medio, manteniendo el proceso durante unos 30 minutos, removiendo cuidadosamente. Este pisto podéis tomarlo como entrante, o usarlo como guarnición. Si queréis, podéis congelarlo y así tendréis siempre porciones de esta delicia para cuando os venga bien, por ejemplo para alegrar una pizza casera, o un plato de espaguetis. En una sartén grande, que utilizaremos como recipiente para preparar el arroz de pobres, freímos las tajadas de pollo cortadas en tacos de tamaño mediano, y en cuanto empiezan a tomar color, añadimos las cucharadas de pisto, y removemos todo junto, tal como véis en la foto siguiente. Seguidamente, añadimos el arroz, y lo rehogamos hasta que empieza a transparentarse, momento en el que le añadiremos el caldo casero de pollo, dejando que cueza a fuego fuerte unos 5 minutos. Aquí puedes ver cómo hacer un caldo casero de pollo y verduras. Mientras, machacamos en un mortero las hebras de azafrán, con unos granitos de sal y unas cucharadas del caldo, y lo incorporamos para que aporte su color y sabor a la mezcla. Si lo preferís, podéis sustituir el azafrán por cúrcuma, que le dará otro toque diferente. Una vez incorporado el azafrán, bajamos el fuego al mínimo y terminamos la cocción del arroz durante otros diez minutos aproximadamente. Con estos tiempos más unos 10 minutos de reposo, tapando el arroz con un trapo de cocina, tendremos un arroz sencillo cuyo sabor gustará seguro en casa. Eso sí, no se os ocurra llamar paella a este arroz de pobres con pisto y pollo, porque no tiene nada que ver con la paella, pero... para solucionar un antojo de arroz, y disfrutar de un intenso sabor, os vendrá de lujo. Si os animáis a probarlo, ya me contaréis. Sed felices.
PD: Este fin de semana estuve en Elche, para recibir el premio de la Primera edición del concurso de recetas con el fruto de la granada. Próximamente publicaré una crónica de dicho evento, en el que tuve la suerte de conocer personalmente a algunos amigos blogueros, y os invitaré a participar en la segunda edición, que comienza en unos días.
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