Arte de la fotografía o fotografía del arte

No soy buena fotógrafa, lo sé. Pero nadie puede quitarme la pasión por la fotografía. Plasmar cada instante, cada paisaje o cada pequeño detalle que por un momento se retiene en tu retina y se eterniza en esa imagen fija a la que todos recurrimos para recordar aquel irremplazable pasado.

Como amante del arte, la fotografía de la misma es otra de las adiciones con las que cuento. Fotografiar todos aquellos edificios, museos, esculturas, estudiadas y mil veces vistas en otras instantáneas, ya sea en Google, enciclopedias de arte o aquellos añorados apuntes de la carrera. Arte que, por fin, alguna vez se te presentan delante y que, tanto mi cámara como yo, no queremos (ni podemos) dejar escapar. Una fotografía del arte que, a su vez, para uno mismo se convierte en un pequeño museo, en esa pequeña y propia colección de arte. El arte de la fotografía de uno mismo. Y, a pesar de imperfecta, única e irrepetible.

He aquí una muestra: Bernini Neptune and Triton. Victoria y Albert Museum (London)