Las enfermedades sistémicas juegan un papel importante entre los factores de riesgo biológicos que se relacionan con los trastornos temporomandibulares. Esta articulación es una de las que con frecuencia se afecta en los pacientes con enfermedades reumáticas, a su vez muchas veces pasa desapercibida o es relegada a un segundo plano sin darle la importancia real que tiene. La artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la fibromialgia, las espondiloartritis y la artritis psoriásica, son claros ejemplos de ello.
Este trastorno ocasiona incapacidad para abrir completamente la boca, dolores de cabeza, de oído, dientes, músculos y diversos tipos de dolores faciales.
En el caso de la osteoartritis, reumatismo más frecuente en la población mundial, la prevalencia de artrosis en las articulaciones temporomandibulares oscila entre un 22% y 38% de la población con un rango de edad entre los 20 y 90 años. El resultado de los cambios es la ruptura acelerada de la matriz por los condrocitos y las enzimas sinoviales, seguido por una reparación alterada. Los productos de la ruptura del cartílago son absorbidos y fagocitados por los tejidos que lo rodean, es decir, la sinovial y el cartílago marginal articular. Este proceso induce a un fenómeno de remodelado, el cual involucra la producción de nuevo cartílago y hueso.
Respecto a la artritis reumatoide, la articulación temporomandibular está afectada entre el 50 y el 60 % de los pacientes, en más de un tercio de ellos aparecen las manifestaciones clínicas a este nivel en el siguiente año después del diagnóstico de la enfermedad. La secuela posible en todas las edades es la anquilosis fibrosa u ósea. La gravedad de la afectación se correlaciona con el tiempo de evolución de la enfermedad y con el estado de la enfermedad.
El Lupus eritematoso es una enfermedad crónica autoinmune que afecta el tejido conectivo y es más común en mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por afectar diversos sistemas como el nervioso central, cardiovascular, músculoesquelético, renal y mucocutáneo, entre otros. La articulación temporomandibular debe ser evaluada para descartar desórdenes como las artralgias o artritis.
La artritis psoriásica es una enfermedad crónica difícil de detectar. El diagnóstico se realiza principalmente sobre la base clínica, apoyado en los hallazgos de psoriasis y la artritis inflamatoria de las articulaciones. Muchos artículos han descrito los efectos dañinos de la artritis psoriásica en esta articulación.
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