– Baño relajante con bicarbonato de sodio.
El bicarbonato de sodio ayudará a que tu cuerpo libere las energías negativas y el estrés, liberando toxinas e impurezas de la piel. Esto te será muy beneficioso tanto para calmar el dolor muscular como para relajarte emocional y mentalmente.
Este baño se prepara colocando 5 cucharadas de bicarbonato en la bañera y llenarla con agua tibia. Revuélvelo bien a fin de que el bicarbonato se disuelva y sumérgete por 20 minutos.
– Baño relajante para la fibromialgia con glicerina.
La glicerina es un remedio natural muy efectivo para tratar la piel seca e irritada, pero también ejerce un efecto relajante sobre los músculos. Para obtener estos beneficios coloca 2 cucharadas de glicerina en la bañera o tina y llénala con agua tibia. Sumérgete por 20 minutos y relájate para que los componentes activos de la glicerina se absorban rápidamente por tu piel.
– Baño relajante para la fibromialgia con sales de Epsom.
Una investigación científica realizada en Israel sobre la fibromialgia ha detectado que una de las sales de Epsom, específicamente el sulfuro de magnesio, utilizada en baños puede proporcionarte un gran alivio del dolor tanto muscular como articular.
Es que el magnesio desempeña un papel fundamental en la fibromialgia, ya que su deficiencia repercute en la correcta regulación de los receptores nerviosos, señalados como generadores del dolor. El sulfato de magnesio puede ser absorbido a través de tu piel para verterse directamente en la sangre y así relajar rápidamente los músculos.
Para obtener su ayuda debes realizar un baño de 15 a 30 minutos, utilizando 2 vasos de sulfuro de magnesio en la bañera llena de agua tibia hasta la mitad.
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