Lo prometido es deuda y aquí estoy, reeditando la receta de mi corderito asado para compartirla de nuevo con vosotros y mostraros de paso unas pinceladas de lo que mis sentidos guardan para sí, tras una larga travesía por la patagonia Chilena culminada en tierras Argentinas.Un paseo de puntillas que ha bastado para comprobar lo lejos y lo cerca que quedan los lugares de la tierra y lo diferentes e iguales que somos los seres humanos según el sitio en el que nos tocó nacer.
Pero lo más importante, la belleza del planeta en el que vivimos y la imperiosa necesidad de cuidarlo como el tesoro que es; dos mensajes que los habitantes de allá tratan de inculcar al visitante, a modo de evangelización a la par que muestran orgullosos el esplendor de la naturaleza en estado puro del que tienen la fortuna de disfrutar a diario.
Una riqueza extensible a lo culinario que me han regalado la oportunidad de saborear en Puerto Mont, el salmón más delicioso que jamás he probado, achisparme en Punta Arenas con su típico "Pisco Sour" al lado de un suculento cocktail de miga de Centollo y disfrutar de uno de los asados de cordero más jugoso y sabroso que pudiera imaginar. Me he enamorado de sus vinos, hechos a base de uva Carmenere, cepa extinguida en Europa desde donde fue llevada a América y que, hoy día tan sólo se cultiva en tierras chilenas. Chivitos en "La Pasiva" de Montevideo ( Uruguay); Costillares, criollos y bifes a la parrilla en la monumental Buenos aires (Argentina) han completado la experiencia siempre enriquecedora de comer los platos típicos en sus lugares de origen. Pero la variedad de sus productos naturales va mucho más allá con sabores únicos en sus elaboraciones en las que a veces se entremezclan las culturas del "Viejo Continente" y aborígenes. Así pues he comido mucho y bien, tanto que aún estoy pagando por los excesos con depurativas cremitas de verduras y ensaladas convertidas en protagonistas absolutas de mi mesa. Suerte que tengo este blog que me obliga a preparar cosas ricas para enseñaros y puedo darme un buen homenaje al menos una vez por semana ;). He elegido para ello el cordero, cocinado a mi manera, de un tamaño parecido al patagónico; más grande del que habitualmente tengo costumbre de preparar pero que está igualmente delicioso.Tras la receta, para los que tengáis curiosidad de ver lo que grabé en mis retinas, parte de las fotos de mi experiencia allendelosmares. ( la otra parte la próxima semana)
Ahora el asado y una recomendación: no dejéis de probarlo!!!!!!!!.Aquí os dejo la receta. Espero que os guste.
Besos. " Pierna de Cordero al horno".
Ingredientes (4 personas):
- 1 Pierna de Cordero Ternasco Segureño. ( o 2 de lechal ).
- 250 gr. de Manteca de Cerdo.
- 3 Dientes de Ajo fileteados.
- Una Cucharada de Romero Picado.
- Una Cucharada de Mostaza en grano.
- 2 Cucharadas de Salsa de Soja.
- 1 Vaso de Agua.
- 1 Vasito de Ron Pálido ( mejor si es Ron Montero).
- Dos cucharada de Miel de Caña.
- Una Cucharada de Aceite de Oliva Virgen Extra Suave.
- Sal y Pimienta Blanca Molida.
Revisa que la pierna esté bien limpia, normalmente el carnicero las deja perfectas pero a mí me gusta darles un ligero aclarado con agua, luego se secan muy bien y se salpimentan.
En un recipiente amplio, mezcla la manteca con el romero picadito, la mostaza, la salsa de soja y los ajos fileteados.
Pon el horno a calentar a 200º grados, prepara un bandeja de cristal para horno echando en ella el vaso de agua y el vasito de ron. Unta por completo la pierna con la mezcla de manteca, la colocas en la fuente y la riegas con una cucharada de miel de caña. Métela al horno y cuando empiecen a dorarse, bajas la temperatura a 170º grados. Ve hidratándola con su jugo y cuando esté bien dorada le das la vuelta.
El tiempo de horno variará en función del tamaño de la pierna pero suele oscilar entre 1:30 a 2 horas. La pierna estará lista cuando el hueso se despegue fácilmente de la carne.
Cuando esté lista, la sacas del horno y puedes empezar a trincharla para servirla acompañada de un poco de arroz al curry con pasas del que puedes ver la receta AQUI y regado por un poco de su jugo. Decorar con unas ramitas y flores de romero fresco.
Santiago de Chile.
Santiago de Chile.
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