Acabo de leer un artículo sobre cómo criar mi propia lechuga de una manera bien fácil. Al parecer, si trasplanto una plantita de lechuga viva, de esas que venden en el supermercado, a un recipiente grande, la lechuga me durará todo el verano. Después, simplemente le voy arrancando las hojas cada vez que se me antoja ensalada.
Por un lado me pareció maravillosamente ecológico –siempre termino tirando parte de la lechuga– pero eso de desmembrar una lechuga viva, enseguida me hizo sentir un poquito como Dexter.
Ya sé; estoy mirando demasiada televisión.
EriSada