Jugando un partido inteligente, aunque un tanto egoísta con el espectáculo, dejó la iniciativa al Manchester City, lo esperó en la última línea para salir de contra con mucha velocidad, apostando a la rapidez y la precisión de Henderson, de Bellamy, de Downing, quien tal vez fue el más flojo del ataque, y con un Kuyt muy inteligente para moverse dentro del área que a veces en perfecta soledad no permitió que la defensa celeste se relajara un segundo.
Steven Gerrard jugó muy retrasado, ordenando la conexión entre la defensa y los volantes, hizo la transición, no siempre con éxito, pero muy aplicado en la marca, arrancando desde atrás para no tener que perder energías en retroceso. La ofensiva del equipo estuvo a cargo de Bellamy, de Kuyt, los dos por todo el frente de ataque, de Henderson haciendo de enganche, y de Downing, que no está teniendo buenos partidos, abierto por izquierda.
El City doblegó por momentos al Liverpool pero sin ninguna profundidad. Ya hablaré del Manchester City de Mancini en breve, porque es realmente curioso el modo en que plantea los partidos conforme a las características de jugadores de los que dispone. Pero eso será más adelante. Por ahora, vemos los goles. Por cierto, el gol de De Jong es para reírse hasta mañana.