Como mostré en el post dedicado a Clemente Rodríguez, la presión adelantada de Boca permite recuperar la pelota con mayor rapidez y más facilidad ya que obliga al rival a apurarse en la toma de decisiones, y al mismo tiempo permite convertir la salida del rival en una jugada de peligro a favor, como la que ejerce Riquelme (Cvitanich, según el relator) en el partido vs. Unión Española de Chile. Román lo hace todo, presiona, roba, hace la pausa, y da el pase gol que luego Mouche no falla. .
Eso intenta el Boca de Bianchi, el equipo completo, la presión donde el jugador que pierde la pelota es el primero en ir a apretar.
Lo ideal para que la presión tan conveniente no se convirtiera en un desgaste irracional sería que al momento de recuperar la pelota, el equipo la hiciera circular un poco para tener la posibilidad de recuperar a los volantes y delanteros que tuvieron el desgaste, para acomodarse en la cancha, y para elaborar el ataque con mayores posibilidades de superar al rival. Exactamente lo que intenta Riquelme, a veces sin recibir gran aporte por lo que tanto el 10 como Viatri terminan aguantando la pelota solos contra el ataque de las arañas asesinas.
Es cierto que muchas veces la recuperación rápida de la pelota en zonas ofensivas, teniendo superioridad a favor en ataque, y con el rival a contrapié, permite llevar peligro al arco contrario, pero hacer semejante esfuerzo en toda la cancha para terminar tirando un centro a un jugador rodeado, es un error. A este Boca le falta tocar, y apenas estoy empezando a mostrar el partido de Boca vs. Nacional en Montevideo.