Asistimos a la presentación de FIFA 12.

Cuando a los corresponsales de Game Over en Madrid nos invitaron a una presentación del futuro FIFA 12, todos nos miramos nerviosos(cibernéticamente, vaya, el equivalente a hacerse nerviosos replys en Twitter) hasta que se decidió por asamblea quién debía ir: Alguien que no había tocado un FIFA en su vida, pero que al menos era hombre. Y ya se sabe que los hombres llevamos eso del fúbol en las venas, así que allá que nos fuimos.

La verdad, parecía que el resto de medios habían pensado lo mismo, porque en esa sala no se vio ni a una sola mujer. Todos hombres deseosos de adrenalina, de tetas, de fútbol y de comprobar las novedades de “ese juego que tiene seguro alguno de tus colegas”¹. Ahora hay que decir las cosas claras: Los cambios introducidos entre FIFA 11 y FIFA 12 pueden resultar más o menos polémicos, pero, como poco, han intentado que sea una experiencia totalmente diferente.

No nos dejaron sacar fotos, así que es lo que hay.

Ya nos advirtieron en la presentación de que FIFA 12 es una revolución similar a la francesa o, lo que es casi lo mismo, a cuando la saga pasó a la nueva generación. Y vaya que si lo es. No solo las animaciones son mucho más realistas, las físicas están mucho más ajustadas y las caídas suceden exactamente como deberían ocurrir, sino que se han eliminado antiguos fallos y mejorado mucho el motor gráfico (aunque para los ojos de un novato sigue siendo, claro, un juego de deportes y ya está).

Aunque solo pudimos jugar un partido entre el Arsenal y el Chelsea, los cambios se podían ver desde el principio: Este es un juego que los fans de FIFA agradecerán mucho, pues la dificultad se ha incrementado un poco, mientras que los que no hemos jugado a juegos de fútbol en la vida nos encontraremos siendo goleados una y otra vez y sorprendiéndonos por la cantidad de filósofos del FIFA que hay en el mundo. Uno cree que solo es un juego de fútbol, pero hay que ver la de sabiduría que tiene detrás. Para llenar libros y libros que nadie leería.

El Impact Engine, motor con el que se mueve el juego, nos permitirá realizar una serie de novedades, sirva la idiotez, impactantes. Por ejemplo, ahora podremos regatear a un jugador que esté defendiendo y presionándonos, en lugar de tener que pasárselo a otro jugador o lanzar el balón a las gradas como hacíamos los que no sabíamos a que botón estábamos dando. No es el único regate que se ha mejorado, pues, si en FIFA 11 teníamos la novedad de los regates a 360 grados, aquí se han ampliado y mejorado, teniendo muchísimas maneras de librarnos del rival.

Los hay que hubiéramos agradecido un "modo para tontos"

La clave de este nuevo FIFA parece ser el realismo, hasta el punto de que nuestros jugadores pueden lesionarse si corren demasiado o si fuerzan su cuerpo, más allá de las lesiones provocadas por entradas fuertes. Además, ahora habrá un fuerte componente táctico en la defensa, que supondrá un cambio muy grande en cuanto a la estrategia de los equipos. Equipos que ahora jugarán como uno solo, cada uno con su personalidad diferente, en lugar de parecerse entre sí. No, no será un RPG. Ojalá.

Y hablando de personalidad, el sistema de personalidad implantado el año pasado también vuelve con nuevas posibilidades que se juntan en un juego que precisará de más inteligencia y capacidad para ganar cada partido, creando nuevas estrategias. Y ahora llegamos a la hora de la verdad: ¿Cómo se siente uno jugando con el nuevo FIFA 12? Pues hombre, bien. Supongo. Mientras yo intentaba adivinar qué botón servía para correr y cuál para meter gol, los que estaban allí comentaban, entre bromas sobre fútbol que servidor no entendía, que era algo más complicado que el resto pero no por ello malo, aunque claro, al ser una copia beta, había fallos que podían comprenderse.

Yo perdí 4-0 y 6-0, respectivamente, contra el sufrido compañero de HardGame2. Game Over, en la cresta de la ola.