Revista Insólito

Atrapado por su pasado (Carlito´s Way, 1993).

Publicado el 28 noviembre 2010 por Losplatoscomoojos @platoscomoojos
Atrapado por su pasado (Carlito´s Way, 1993).Brian de Palma (New Jersey, 1940), es uno de esos directores que en la historia del cine podríamos definir como irregulares, con una extensa producción a sus espaldas, que a día de hoy se caracteriza tanto por su memorable y escogida lista de obras maestras: El Fantama del paraíso (1974), Los intocables de Eliot Ness (1987), su remake de Scarface, el terror del hampa( Howard Hawns, 1932) ahora El precio del poder (1983)  o la propia Atrapado por su pasado (1993); así como por sus más que rotundos fiascos en taquilla o el fracaso total ante los ojos de la crítica, según el trabajo: Chicos listos (1986), La hoguera de las vanidades (1990), Misión a Marte (2000) o Femme Fatal (2002). Aún asi, es considerado por muchos como uno de los directores más brillantes de su generación, es decir, la de aquellos realizadores que cimentaron su carrera en los setenta: Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Georges Lucas y Steven Spierlberg. Autor genuino y dueño de un sello personal, que lo convierte en único; su cine es por así decirlo, un elogio, referencia y exposición de los clásicos: Howard Hawns, David Lean, Jean-Luc Godard y esencialmente Alfred Hitchcock, son sus puntos cardinales. Algunos espectadores y críticos en este sentido, han menospreciado su obra por abusar de referencias pasadas y retroalimentarse en exceso del propio cine; otros en cambio, entre los que me incluyo, lo consideran uno de las figuras imprescindibles para entender el cine contemporáneo de los últimos cuarenta años.
En lo que respecta a Atrapado por su pasado, podría decir sin riesgo a caer en el error, que junto a Reservoir Dogs y Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1991 y 1994) o Muerte entre las flores (Joel Coen, 1990), configura el póker de ases del cine negro americano de las dos décadas pasadas; y la mejor película en toda la filmografía del director.
En este caso un narcotraficante puertorriqueño, Carlito Brigante (Al Pacino) es condenado en 1970 a treinta años de cárcel por tráfico de drogas, sin embargo su buena conducta y la falta de pruebas que avalen la condena, provocan que el juez determine su puesta en libertad tan sólo cinco años después. Tras su salida de la cárcel nada le resulta familiar: entorno, negocios y acólitos, son un mundo ajeno que ha quedado en el olvido. Al regresar en el Harlem neoyorquino; la gente lo aclama, respeta y recibe con honores, el gran hombre está de vuelta y, creen que va a exigir su parte del pastel. Pero Carlito no es el mismo, quiere vivir otra vida, montar una agencia de alquiler de coches y huir de sus propios demonios, suyos son otros intereses y una moralidad ya bien distinta; aunque antes y sin alternativa, ha de luchar contra la herencia de su pasado.
Todos quieren tocarte los cojones, Carlito: "Malditos críos, mueven un par de papelinas y se creen los amos del negocio. ¿Se enriquecen mientras estoy en la cárcel y ahora he de respetarlos? Que les jodan"
Atrapado por su pasado (Carlito´s Way, 1993).La radiografía del personaje de Pacino, nos acerca al típico proceso de ascenso, triunfo y caída del gángster, repetido por doquier en el género negro, pero esta vez desde un prisma un tanto más humano y visceral. Aquí se trata, de un viaje sin retorno; el billete de ida es un lastre que arrastras y tú ímpetu que el tiempo mesuró no te lo permite canjear. Es una regeneración imposible la que busca Carlito, está fuera de su tiempo, totalmente desubicado; un elemento anacrónico que no encaja en el nuevo tablero donde ahora tiene que jugar. Su carácter rezuma el lirismo propio de las utopías imposibles, es un luchador nato y bendecido por la épica mítica de los eternos soñadores; aunque amigo, no hay salida ni solución en tu destino, la tuya, es una muerte anunciada atrapado en un oscuro final, que en gran medida desde el principio no podías cambiar: "Uno no cambia, tan sólo se pierde fuerza con el tiempo".
No obstante, sin discusión cada uno de los personajes tienen su cuota de responsabilidad : el amoral e hipócrita abogado cocainómano David Kleinfeld (Sean Penn) que ensucia a Brigante con su sola presencia,  Pachanga (Luis Guzmán) y la desmedida codicia que dibujan su persona, la sangre nueva que persigue verlo caer, en este caso el joven mafioso latino del Bronx, Benny Blanco (John Leguizamo) o el aroma pestilente de antiguas amistades, en la piel de Viggo Mortessen; completan un reparto que menos la tibia Penélope Ann Miller como Gail( novia de Carlito) resulta a todas luces excepcional.
En definitiva se trata de una joya del cine negro actual, repleta de escenas espectaculares como la sensacional persecución y tiroteo en la estación central de Nueva York, deudora de la mítica El acorazado Potemkin (Sergei M. Eisenstein, 1925), reflejo último de las dotes interpretativas de un inmenso Pacino y clara reminiscencia a tiempos mejores que el séptimo arte de vez en cuando, nos suele regalar. Merece la pena verla, se lo aseguro no se van a arrepentir.
Escena citada. La música, acción y trepidante persecución son simplemente espectaculares.

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