En esta hora de sueño nadie espera a nadie que no ame.
Solamente te ves despierto,
tocas tus manos, tu boca con besos mutilados;
oyes la lluvia, las hormigas.
Ves el silencio.
De repente detona su ausencia y caes en el infortunio.
Nada cambia lo que empiezas a sentir,
ahora ya no sueñas con ovejas blancas
sueñas con puentes raídos; oscuros, insalvables y carcomidos.
La música que te sonaba en las manos te empieza a doler en la espalda.
Y ella anunciadora de la tristeza
se pierde en la niebla de tu silencio.
Te ve desde la torre haciéndote señas invisibles
Sientes el ritmo de sus lamentos
Y pisas el puente de sus decisiones.
Siempre está asimilando la figura de tu sombra
Llamándote en secreto a oscuras con afán.
Libre
vagamente
sonriendo
algo triste
algo épica.
Algo…
Se detiene como un árbol
Huye como un pájaro
A veces no quiere volver
A veces es luna, estrella o aire.
A veces es hielo, a veces es beso…un beso.
A veces…
**
Te perderás si el viento trae el olor de otra.
¿A dónde más puedes refugiarte?
Ella es tu propia casa.
Aunque no quiera detenerse contigo.
Es un río en movimiento
donde no naufraga cualquiera.
Sus pensamientos flotan celestes
En un papel de agua, en un mundo confuso de ideas oscuras
como sombra desnuda sedienta de dolor… de muerte y de lágrimas.
Una ausencia sin sentido, una ausencia mal hecha.