De nuevo en Australia. Recuerdo que la otra vez que por aquí estuve, escribí una entrada en la que decía: "Las circunstancias del viaje, os las podéis imaginar, lamentables condiciones de trabajo que me impidieron disfrutar de mi experiencia australiana como debiera, lo cual, si lo pienso fríamente, y considerando que tal vez no vuelva a ese lugar jamás, quieras que no, jode." Como podéis observar, la clarividencia no es lo mío. No jueguen a los ciegos conmigo, amiguitos. En fin, la idea es hacer una serie de entradas estos días, y la de hoy es particularmente complicada, porque me muero de sueño. Sí, querid@s, el jet lag, expresión pija donde las haya, existe, y si uno vuela 10 husos horarios hacia el este es una verdadera putada. Lo cierto es que estoy haciendo tiempo para irme a dormir, porque si me voy ahora, me despertaré a las 3 de la madrugada y estaré hecho un zombie todo el día de mañana.
Por lo demás, todo sigue en su sitio: la primavera está a punto de acabar, siguen conduciendo por el lado contrario y los desagües, por más que lo digan los Simpsons, giran el agua en el mismo sentido que en casa, a no ser que hayan instalado un motor que haga girar el agua en el sentido "correcto".
Por lo demás, al menos hoy, no hay gran cosa que contar. Así que como yo me pasé la castanyada o noche de halloween en un puto avión, permitidme que lo celebre ni que sea un poco: