Esta semana ha fallecido Luis Eduardo Aute. Cantautor, pero también poeta, director de cine, ilustrador y, sobre todo, así se sentía él, pintor. Aute fue un creador con mayúsculas, un humanista de los que existen pocos. Hoy no pretendemos repasar su perfil biográfico ni analizar la enorme coherencia de su obra, en todas sus facetas, pero tampoco queremos dejar pasar la ocasión de recordar brevemente la influencia de un artista que, a muchos, nos enseñó a ser un poco más sensibles, a abrir los ojos a nuevos juegos del lenguaje y a escuchar la música de una forma diferente. Luis Eduardo Aute será siempre uno de esos nombres que explican nuestro pasado.Luego, descubrimos sus películas de animación (atemporales, universales), su capacidad para hablar en imágenes a través de la poesía. Y nos dimos cuenta de que, cantando, hablando, escribiendo, pintando y dibujando, escuchábamos siempre una misma voz, la del humanista, politico a veces, pero siempre comprometido con la vida, la paz y el amor. Vemos mucho de ello en Un perro llamado dolor; que es, además, una carta visual de amor a su gran pasión, la pintura.Revista Cultura y Ocio
Esta semana ha fallecido Luis Eduardo Aute. Cantautor, pero también poeta, director de cine, ilustrador y, sobre todo, así se sentía él, pintor. Aute fue un creador con mayúsculas, un humanista de los que existen pocos. Hoy no pretendemos repasar su perfil biográfico ni analizar la enorme coherencia de su obra, en todas sus facetas, pero tampoco queremos dejar pasar la ocasión de recordar brevemente la influencia de un artista que, a muchos, nos enseñó a ser un poco más sensibles, a abrir los ojos a nuevos juegos del lenguaje y a escuchar la música de una forma diferente. Luis Eduardo Aute será siempre uno de esos nombres que explican nuestro pasado.Luego, descubrimos sus películas de animación (atemporales, universales), su capacidad para hablar en imágenes a través de la poesía. Y nos dimos cuenta de que, cantando, hablando, escribiendo, pintando y dibujando, escuchábamos siempre una misma voz, la del humanista, politico a veces, pero siempre comprometido con la vida, la paz y el amor. Vemos mucho de ello en Un perro llamado dolor; que es, además, una carta visual de amor a su gran pasión, la pintura.Sus últimos artículos
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