Facebook, Wikipedia, Twitter o páginas como Ted.com o muchas otras, son una ventana al conocimiento, una ventana abierta de para en par para todo aquel que quiera mirar. Entre los jóvenes existe la motivación, aunque muchos crean que no, de conocer cosas nuevas, de aprender nuevas competencias aunque a los escépticos debo darles la razón en una cosa, no hay muchos. Seguramente el tiempo que estamos frente al ordenador preferimos usarlo para otros menesteres que poco o nada tienen que ver con nuestro desarrollo personal o profesional.
Una autoexcusa común es que no sirve de nada puesto que nadie reconoce nada de lo que se aprende por uno mismo, de la misma forma, aparentemente no hay diferencia entre leer un libro al año que a la semana. En cierta medida, creo que es cierto pero no creo que sea tanto por falta de reconocimiento entre personas -esto es, por parte de un compañero, un jefe o un entrevistador frente a los cuales, las diferencias se hacen evidentes- como por la falta de reconocimiento profesional, académico o público.
Usar la red para formarse no creo que sea ninguna falacia, dudo mucho que sea un engañabobos como muchas otras cosas para las que se usa internet. Podemos ver una conferencia de muchos profesores de Stanford, el MIT o Harvard. Podemos “asistir” a las revoluciones mundiales de cualquier campo ya sea el político -veáse Egipto o Wikileaks-, tecnológico -veanse los discursos de lanzamiento de nuevos productos de Apple- e incluso el científico -viendo las diversas conferencias que los expertos publicitan por el mundo entero-. Este es un valor que somos los primeros en tener, es un valor del que debemos ser los primeros en aprovecharnos, es un valor nuevo y revolucionario que va a cambiar por completo la concepción de trabajador.
El gráfico no puede ser más simple y sin embargo las personas tendemos a no autoevaluar los conocimiento que tenemos y que no tenemos, es por ello que cabe remarcar -con una X- que no vale con saber dónde queremos ir aunque creo que es lo más difícil, como ya puse de relieve en otro post. Hay mucha gente que no lo sabe a los 40 y sin embargo estamos obligando a chicos y chicas de 18 años a decidir sobre su futuro sin darles información precisa sobre lo que implica -el coste de oportunidad real- decidirse por tomar un camino u otro. Y no sólo eso, la falta objetivos a largo plazo y el presente expandido en el que vive la mayor parte de la juventud española hace que sea todavía más difícil tomar una decisión y esforzarse por ella.
Tengo el convencimiento de que gran parte del abandono universitario responde a un cambio en las preferencias personales de las personas, un cambio de rumbo en sus vidas. Es por ello, que la pregunta más difícil de responder es “¿qué quieres ser?”. Como en toda decisión cuando se es joven, una vez respondida esta cuestión, los problemas no se acaban aunque son más sencillos de resolver que la orientación nuestra vida hacia un camino. Una vez sabemos lo que queremos ser, nos damos cuenta -si se piensa un poco- de lo mucho que no sabemos y que, sin embargo, necesitamos para alcanzar la meta propuesta y aquí es donde internet puede revolucionar el mundo.
Reconocer los conocimientos que necesitamos y tener la automotivación de aprenderlos son el primer paso de un desarrollo autogestionado, hecho por nosotros mismos a nuestra propia medida. Internet permite, al que de verdad lo quiere, encontrar material de primerísima calidad acerca de cualquier campo. Podemos aprender historia, filosofía, psicología, idiomas, matemáticas, ciencias como química o física y empresariales. El conocimiento está ahí para que nosotros lo tomemos, para que nosotros lo absorvamos. Esta opción está infravalorada en el mundo profesional pero no debemos desmotivarnos por ello puesto que la vida siempre genera la oportunidad de demostrar lo que uno sabe y, por lo general, lo que uno vale.
Poder ponernos en contacto con personalidades que navegan por internet a través de las redes sociales es un lujo, un lujo muy desaprovechado. Yo no pierdo mi fe en mi mismo ni en lo que internet puede aportarme pese a que nadie reconozca aún lo que he aprendido de él. Llegará el momento, ten paciencia, constancia y confianza. Como suele decirse, el tiempo pone a cada uno en su lugar, ¿vas a tirar la toalla antes de haber peleado?.
PD.- Abogar por un mayor reconocimiento de los conocimientos no reglados o titulizados podría ser un fuerte avance.