Revista Cine
Lo que no puede ser, no puede ser, y,además, es imposible. Pretender hacer una comedia verdaderamentetransgresora —metiendo el dedo en el ojo, a fondo y sin miedo— yque se convierta en un producto dirigido a un público masivo, derivaen una ecuación que no cuadra: o no hay transgresión (más bien alcontrario, el mensaje subyacente suele derivar en lo conservador,cuando no en lo pura y duramente reaccionario...) o no hay granpúblico. Lo curioso es que productos de este tipo no dejan decocinarse en los fogones de Hollywood, obteniendo, pese a lotruculento de sus premisas, una acogida más que cálida en nuestraspantallas. ¿La última muestra? “Bad teacher”, un engendro cuyotítulo parece (a juicio de sus distribuidores) no necesitartraducción (ya se sabe, en España todo el mundo, prácticamente,domina el inglés con soltura...), y que, con Cameron Diazexprimiendo, una vez más, esa vena gamberra que la consagró comosuperestrella en “Algo pasa con Mary”, de los hermanos Farrelly,allá por el ya lejano 1998, intenta convertirse en el penúltimoéxito de taquilla de las factorías usamericanas.
A Cameron Diaz —salta a la vista— no le faltan ni palmito(excelentemente conservado, y explotado a fondo...) ni desparpajo(además del acompañamiento de dos partenaires de cierto postín,como son Jason Segel y Justin Timberlake), para sostener un productode este corte, cuya dirección (entendida en un sentidoestrictamente técnico: alguien tiene que firmar...) corre a cargo deun Jake Kasdan que, de su ilustre progenitor, parece haber heredadopoco más que el apellido y el material genético correspondiente(del talento cinematográfico no se evidencia, hasta la fecha, trazaalguna...), y que, en todo caso, se limita a cumplir con trasvasar aimágenes una historia que, al fin y a la postre, no pasa de ser laenésima versión del manido y rancio “chica busca chico”, pormás que se la quiera cubrir con un manto de provocación picante y/oescatológica (eso sí, dentro de un orden): la profe mala no serátan mala, y, con toda seguridad, terminará volviendo al redil delque, en el fondo, cómo no, jamás quiso haber salido, redimida porla fuerza irrefrenable del amor. Doble contra sencillo a que, una vezmás, cuela. Y hasta la próxima...
* Apuntes sobre el cine que viene LXV.-