Revista Cocina
Con esta receta participo en el reto de Desafío en la Cocina del mes de marzo. Este mes Rocío nos ha mandado a los países de Oriente Medio para que probemos unos de sus dulces más cocinados, los bakclavas.
Ingredientes:
Un rollo de pasta filo150 gr de mantequilla75 gr de nueces peladas75 gr de pistachos pelados40 gr de almendras peladas75 gr de azúcar1/2 cucharadita de cardamomo en polvo1/2 cucharadita de canela200 mililitros de agua100 gr de miella corteza de medio limón20 mililitros de agua de azaharun palito de canela
Preparación:
En una picadora ponemos las nueces, los pistachos y las almendras con el azúcar y trituramos bastante para que quede bien picado. Lo pasamos a un bol y le añadimos la canela y el cardamomo, mezclamos bien y reservamos.
Para hacer el almíbar, ponemos en un cazo el agua, la miel, la corteza de limón, el agua de azahar y el palito de canela, lo ponemos al fuego y cuando empiece a hervir le bajamos el fuego y mantenemos durante 15 minutos, retiramos el palito de canela y reservamos.
Derretimos la mantequilla en el microondas, pintamos el fondo del molde utilizando una brocha de cocina, cortamos 12 láminas de pasta filo de la medida del molde, y las mantenemos cubiertas con un paño húmedo para que no se resequen.Colocamos en el molde la primera capa de pasta filo, la pintamos con mantequilla y colocamos encima la siguiente capa de pasta filo, volvemos a pintar con mantequilla y así repetimos hasta tener cuatro capas, la última no hay que pintarla con mantequilla.
Ahora cubrimos con la mitad del relleno reservado (frutos secos), bien repartida sobre la superficie hasta que quede una capa homogénea.
Precalentamos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo.
Ponemos encima otra lámina de pasta filo, pintamos con mantequilla y así repetimos hasta tener cuatro capas de pasta filo, la última no hay que pintarla de mantequilla. Echamos la otra mitad de la mezcla de frutos secos y cubrimos de nuevo con cuatro capas de pasta filo pintadas con mantequilla, incluida la última capa. Con un cuchillo bien afilado cortamos en cuadrados o rombos toda la bakclava y horneamos durante media hora.
Sacamos del horno y dejamos templar durante unos minutos.
Cortamos ahora los cuadrados hasta abajo para separar bien las porciones.
Cubrimos con el almíbar todo el pastel con ayuda de una cuchara. Dejamos reposar hasta que esté frío.
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