Revista Comunicación
Banshee: sexo, violencia y mucho más
Publicado el 23 febrero 2015 por Reino Reino De Series @reinodeseriesHace unos días, Banshee emitió un episodio cuyos últimos treinta minutos (más o menos) habían sido rodados de una manera tremendamente original, y al mismo tiempo increíblemente efectiva. En este episodio, los protagonistas ejecutaban su plan de atraco a una base militar, y la manera en que lo vimos nosotros fue a través de las cámaras que ellos llevaban para controlar lo que iba ocurriendo, viendo así toda esta secuencia (y viviéndola, eso también) con ellos, desde su punto de vista. El resultado fue, como digo, todo lo bueno que puede esperarse, y quizá un poquito más. Porque si bien es cierto que Banshee no suele tener problema para tenernos todo el tiempo que haga falta mordiéndonos las uñas, de este modo consiguieron elevar la tensión hasta el infinito. Y cuando acabó el episodio fue cuando por fin pudimos respirar. Con ellos.
Si cualquier otra serie un poco más vista hubiera hecho algo parecido, estaríamos a estas alturas hartos de leer alabanzas a ella. Nada más hay que ver todo lo que se habló del famoso plano secuencia de True Detective. En cambio, no vamos a leer a tanta gente poner por las nubes esa pequeña maravilla que es Banshee, no porque no lo merezca, sino porque simplemente hay mucha menos gente de la que debería que la está viendo. Y eso no puede ser. Así que aquí he venido yo a intentar convenceros de que le deis una oportunidad.
¿Que qué es Banshee? Pues Banshee es algo que es muy difícil de describir a base de comparaciones con otras cosas, simplemente porque si algo está claro es que no hay ninguna otra serie como Banshee en televisión. Ni en nada. Banshee es absolutamente única. No solo es probablemente la mejor serie de acción en emisión, sino que es con toda seguridad la única que se atreve a hacer todas las cosas que hace. La serie se centra en las (violentas) vidas de los habitantes de Banshee, un pequeño pueblo en plena zona amish de Pensilvania, y al que por cierto llegamos a través de nuestro protagonista, un criminal que, al salir de la cárcel, acaba suplantando al nuevo sheriff a través de una serie de acontecimientos que, como iremos viendo a lo largo de los episodios, no dejan de ser un día cualquiera en Banshee. Y, si hay una manera apropiada de describirla es probablemente como una especie de serie de animación llevada a acción real, una serie en la que todo está permitido y en la que la violencia y el sexo son algo así como la seña de identidad.
O casi. Porque sí, violencia y sexo son una parte fundamental de la esencia de la serie, pero no podemos entender del todo el atractivo de Banshee si no tenemos en cuenta su propio sentido del humor. Banshee es una serie que sabe perfectamente cómo de en serio puede tomarse a sí misma. Sabe perfectamente qué es y qué quiere. Es una serie que vive llevando como bandera la grandeza de esas películas de acción de serie B de los ochenta y divirtiéndose mucho con ello. Es una de esas series en las que simplemente viendo los episodios desde casa te dan ganas de participar como sea en el rodaje, porque se nota que ahí todos se lo están pasando en grande. Empezando por los actores, claro. Y así es como semana a semana sus cincuenta y tantos minutos de episodio se acaban pasando a una velocidad que hace que al final del episodio acabes necesariamente mirando extrañado el reloj.
Y tomando esto como base y sin olvidarlo en ningún momento, pueden permitirse hacer muchas cosas más. Como, por ejemplo, experimentos a la hora de contar la historia y jugar con el formato, como comentaba más arriba. O simplemente aprovechar de vez en cuando para centrarse en su lado más emocional, dándonos episodios maravillosos que serían imposibles con unos personajes menos conseguidos. Porque ahí está la gracia: a pesar de toda su magia caricaturesca, Banshee es una serie que ha conseguido darles una cierta profundidad a todos sus personajes. Y que, sobre todo, ha conseguido que nosotros nos interesemos por ellos, que les tengamos cariño, que nos importe lo bien o lo mal que les va y cómo les afecta lo que ocurre en el pueblo. Algo que, teniendo en cuenta la tasa de mortalidad en Banshee, hace que de vez en cuando nos den algún que otro mazazo emocional. Y que siempre funcione.
Banshee es, pues, una serie que lo tiene absolutamente todo. Es una serie entretenidísima, que nos da exactamente toda la diversión palomitera que queramos pedirle. Es también una serie que no tiene nunca miedo a experimentar y hacer cosas nuevas y originales. Y es al mismo tiempo una serie en la que vamos a involucrarnos emocionalmente, y que va a conseguir nunca dejarnos indiferentes. Banshee es, en definitiva, esa serie que probablemente no estáis viendo y que sin embargo debería ser una de vuestras citas imprescindibles cada semana. Porque Banshee es única. Y absolutamente genial.